No cejaba en mi empeño por buscarle las costillas, en ese momento mi mente estaba a punto de estallar, intentaba molestarlo por un lado u otro... me exasperaba su calma.
Sentado en el sillón negro -como todo su atuendo- seguía inmerso en sus papeles; y yo enroscada en mi -des-control
— ¡No quiero verte!, refunfuñando me hice una coleta, tomé el bolso, el abrigo y me dispuse a salir lo más lejos de su vista, en dos pasos me alcanzó en la puerta, enredó su mano en mi coleta y sentenció con su índice
— ¡No!, son las tres y media de la madrugada; no me has dejado terminar y aún tengo cosas por hacer, te quedarás sentadita y me dejarás trabajar, ¿entendido?, me atrajo hacía él, sentí sus brazos rodeándome, su aroma impregnando mi cuerpo, su calor haciéndose mío, su calma envolviéndome... asentí con un ligero movimiento y me senté a esperar en total control con mis emociones. Saqué el móvil y escribí...
A veces, un mal día nos hace ver que en ciertos momentos necesitamos del otro, con suerte, ese otro está en el lugar y el momento indicado y nos brinda contención... Y es que, no puedo negar que cuando me pongo caótica, su temple me devuelve el sosiego.
Si ese otro que se necesita es el mismo que utiliza palabras impositivas y rodea como propietario, no sé...es para pensárselo. Pero en esto del pulso de psicologías y personalidades entre un hombre y una mujer hay necesidades y reacciones a la carta. Tema delicado que puede acabar antes o después como el rosario de la aurora. Salvo que el otro que se necesita y calma con su temple sea otro, no el mismo, por supuesto.
ResponderBorrarNo, si a mí no me van nada las imposiciones, Fackel, fue un día caótico y ese solo fue el final.
Borrarsólo necesitabas un poco de atención. saber que ante cualquier cosa, eres lo más importante para él.
ResponderBorrarJusto, DRACO.
BorrarYo buscaría la atención en otro lugar. Un abrazuco
ResponderBorrarGracias, Ester. Un abrazo
BorrarNo sé, a mi me parece que a veces nos evitaríamos tener que contenernos, si dejamos el espacio y tiempo que necesita el otro para hacer sus cosas y mientras, en lugar de esperar y desperar en la espera, irnos nosotro a hacer las nuestras o simplemente a descansar, hasta que el otro termine. No siempre podemos prestar la atención que el otro requiere, cuando otros asuntos que nos absorven y viceversa. Escoger y ver la oportunidad para retirarse discretamente, siempre es un triunfo y sobre todo, evita muchas guerras. Tú eres muy inteligente, lo verás. Un beso MAIA!
ResponderBorrarSí, María, los espacios y tiempos son importantes y se respetan, procuro hacerlo y cuidar el mío, solo que hay días y situaciones que te ponen en jaque . Solo compartí el final pero hubo mucho detrás que originó todo eso. Un beso, amiga
BorrarPor suerte, cuando no podemos controlar por nosotros mismos las emociones, hay alguien que abraza, que escucha, que regala una canción, un simple gesto y ese caos encuentra salida hacia la superficie. Yo también tiraría de tu coleta. Muy bonita canción.
ResponderBorrarBesos dulces Maia.
Si no lo entiende, no importa, von estar es suficiente. Otro para ti.
BorrarMe quedo como material de aprendizaje el último párrafo, Maia. Brillante, reflexivo y oportuno.
ResponderBorrarGracias.
Gracias, Enrique
Borrarjeje, amiga, hay que dejar sacar a pasear en mas ocasiones a ya sabes quién, te hace bien y te relaja.
ResponderBorrary oye, que te veías espectacular en el live, le diste batalla al anfitrión; y Moni haciéndote fuerte, jeje, que no se metan con mi chica.
achuchones, Maia
Sarita
En pequeñas dosis, Sarita, para mantener el control. El anfitrión nos daba la vuelta, ese hombre es peligroso, conoce más de -y a las- mujeres que nosotras mismas. Achuchones, Sarita
BorrarTener a alguien así cerca es tener un tesoro.
ResponderBorrarBesos.
Así es, TORO, alguien cerca que acepte y entienda lo complejo que somos. Otro para ti.
BorrarTuve una pareja que me expresó eso mismo en otra ocasión. No traté de entenderlo ni juzgarlo, sólo lo asumí. Recuerdo que admitió para mi sorpresa que muchas veces que decía que estaba enfada o que no quería verme solo deseaba que la detuviera. Incluso que cuando tenía una sospecha de celos la tranquilizase con mis argumentos. Lo dicho. No lo entendía al cien por cien pero no trataba de hacerlo.
ResponderBorrarTengo una amiga bi, en una entrevista que le hicieron ella mencionó que le fascinan las mujeres, le preguntaron que si estaba en una relación y dijo que si, con un hombre hetero, ¿si tanto te gustan las mujeres no piensas en llevar una relación con ellas?, respondió que en momentos es tal el caos mental que cargo, que no podía con otro más y preferiría la simpleza de los hombres.
BorrarNo es muy complicado entendernos, pero si no es posible, con estar allí es suficiente, Sergio.
Ese abrazo fue una buena respuesta.
ResponderBorrarY me parece acertada la conclusión a la que llegaste.
Besos.
Demiurgo, él supo leer entre líneas y ofreció respuesta.
BorrarGracias, otro para ti.
Qué bueno que te haya podido entrar en razón. Eso se llama equilibrio. Un abrazo. Carlos
ResponderBorrarAsí es, Carlos. Un abrazo.
Borrar