miércoles, 31 de enero de 2024

Tarde de películas y confesiones

— Maia, ¿cómo sigues?
— Mejor, Sarita
— Amiga, me alegra que ya estés recuperada, anda, abre que estamos fuera
— Mmm, momento, Sara, Marce y Sarai entraron, traían cargando un par de charolas y una pequeña caja que llamó mi atención
— Maia, ¿qué crees? -hice un intento por hablar y Sarita me interrumpió — ¡Espera, espera!, no te esfuerces; ya te decimos. Colocaron las charolas en la mesa y Sara elevó la pequeña caja plástica moviéndola emocionada ¿sabes qué es?
— ¡Obviamente!, lo tomé entre mis manos y lo observé con curiosidad, hace tiempo que no veía uno de estos, mucho tiempo
— A que está divino, ¿no?
— Bueno, nostálgico, sí
— ¡Hysteria?
— ¡Hay que verla, Maia!
— Va a ser que no, a menos que hayas traído un reproductor, Sara
— ¡Maia, tú no tienes uno?
— ¡No, claro que no!
— Maia, soluciónalo, anda, tenemos que verla, mira que me metí en una venta de garaje solo para traerla y verla juntas
— Sarita, ni siquiera tengo reproductor de DVD, muchos menos de VHS
— Maia, es que es retro, hay que verla
— Podemos buscarla en la televisión por cable, igual y la encontramos por ahí
— Va; yo la busco, aunque ya no será retro

Para ese momento, Marce y Sarai habían quitado el plástico de las charolas y colocado los productos en la mesa  Mira, amiga, hoy seremos como tú, comeremos hierbitas; y todas esas cosas raras que te gustan, ah, pero con vino.

Sentadas en el sofá negro, copa en mano y botella en la mesilla auxiliar vimos la película, al terminar nos dejó esa sensación extraña de cuando tienes mucho que decir y no salen las palabras...

— Mi marido me pega, -mencionó Sarai- Las tres nos quedamos asombradas, Sarai se casó en noviembre y el marido parecía muy blando- Y me gusta que lo haga, diría que no solo me gusta, me encanta; y más cuando estoy llegando al ¿cómo era que decían en la película?, ah, sí, paroxismo, eso me pone; y me trae; y me lleva; y me recontra chifla, ¡Es una gozada! -silencio total-.

 Con Sergio eran multitud de "paroxismos", -jajaja, aquellos tiempos y sus palabras- por lo mismo acordamos -sin acordar- que cada tanto nos -des-encontraríamos; y era sumamente divertido y sanador quedar con alguien en un barecito y llevártelo pa'l corral, mencionó, Sara, aún lo hago, claro, pero ya no tiene la chispa esa que te enciende por el temor de encontrarte con algún conocido que le lleve el chisme a aquel.

— Pues con Marcos era genial al principio, pero al enterarme de sus devaneos me hizo pagar con la moneda de cambio y descubrí que tan compatibles no éramos.

Las tres voltearon hacia mí; y era de esperar que buscaran una confesión mía en esa noche improvisada de chicas...

Recordé a Innombrable; y cuando la relación avanzó, pasaron muchos años sin un paroxismo; y yo justificaba pensando, -Lo quiero y es lo importante-. Pues una tarde de ocio, en la televisión local vi que anunciaban una tienda de artículos femeninos; y su eslogan era "Total discreción" eso me armó de valor y cogí el teléfono fijo y marqué el número, una voz varonil al otro lado se mostró afable y terminé comprando el kit de primeros auxilios; ya saben, esos paquetitos de muchas cosas divertidas y todas útiles para el placer; y me aseguraron que nada del empaquetado revelaría su contenido, eran otros tiempos. Pues esa noche tocaron a la puerta y al abrir, frente a la casa estaba estacionada una van rosa con tremendo nombre de la tienda "Juguetes eróticos, venta de artículos para el placer femenino" y atravesado, como si fuera un sello de aprobación estaba su eslogan "Total discreción del placer íntimo femenino"... ¡No puede ser!, tal fue mi enojo por sentirme burlada que guardé los billetes y le pagué con todas las moneditas que guardaba en mi alcancía, -quédese el cambio- le dije; y entré en casa. Me senté en el sofá y me dispuse a abrir la caja rosa con una chica semidesnuda en el frente, en ese momento llegó Innombrablemucho más temprano que de costumbre,  Maia, ¿has visto lo que está estacionado afuera?, no, ni te asomes, es denigrante, alguna pobre mujer tiene que recurrir a esa clase de degradación porque su marido no es hombre y no la satisface  O sea, ¿tú crees que es culpa del hombre?  ¿Qué pregunta es esa?, ¡Por supuesto!

... ya estaba escrito el principio del fin, porque después de ese desastre lo conocí a él.

viernes, 26 de enero de 2024

Una caída es un fortalecimiento interno

🎼 🎶

Hubo un tiempo en el que se incrustó la tristeza tan hondo, 
que todo se volvió "normal". 
De un tiempo pasado

Aquella tarde vi a unos pocos metros de distancia a un extraño-conocido pensé, ¿es o se parece?, en ese momento detecté que él se volvería hacia mí, quise esquivarlo y voltee hacia adelante, de lado pude darme cuenta que me estaba observando, él fue más valiente que yo y desde allá me preguntó — ¿eres o te pareces?; — ¡yo soy!, -le respondí-, pero no sé si tú eres— ¡también soy! -respondió- recuerda que compartimos el mismo vientre.

Me coloqué de frente y esperé, él se acercó presuroso, me dio un abrazo casi sin tocarme y soltó aquella tan trillada expresión — ¿cómo has estado?, esa pregunta venía corta, sabía lo que quería preguntar pero su sentido común no se lo permitió, aún así pude sentir el peso del tiempo; y del dolor — ¡estoy bien, gracias!, tomó valor y con seguridad terminó la pregunta que no había completado anteriormente, — ¿has podido recuperarte de aquello?, no dije nada, "aquello", una etiqueta extraña para todo lo vivido. 

Intuyo que después de soltar esa imprudente pregunta se arrepintió; y eso generó un nerviosismo que desencadenó en tantas metidas de pata... — ¿lo has vuelto a ver?, — ¿lo has superado?, — ¿has podido ver un nuevo horizonte después de eso?, — ¿ya no hay dolor?, — ¿pudiste realmente librarte de él?, ante mi total hermetismo solo pudo disculparse — lo siento, estoy hablando demasiado, es solo que pienso que soy en parte responsable de lo que viviste a su lado, pude advertirte pero no lo hice, era mi amigo y mi lealtad estaba con él, además, contigo parecía mejor persona, creí que podrías cambiarlo, mi error fue anteponerlo a ti.

Me mantuve callada, observando lo enrojecido de su rostro, trataba de pararlo pero no reconocía las palabras, solo pensaba en la extraña manía que tienen algunas personas de tomar la responsabilidad por las decisiones de otros; y esa necesidad inagotable de saciar la curiosidad reabriendo viejas heridas.  — no te preocupes, llegará el día en que ni de su nombre te acuerdes.

... su nombre, recuerdo lo vivido a su lado, su nombre lo he olvidado, solo sé que de apelativo le llamé "Innombrable".

miércoles, 17 de enero de 2024

Días después...

— Maia, ¿me acercas el yogurt? 
— Seguro -lo saqué del refrigerador e hice lo de siempre, checar caducidad- — Marcos; la caducidad está bien pero lo veo infladito 
— Ahora lo revisamos, ¿lo abres? 
— Sí, por supuesto. -Retiré la cubierta y empecé a empujar con el dedo índice la tapa de aluminio- 
— ¿Te diviertes? 
— Sí, un poco 
— ¿Quieres que te ayude? 
— No, gracias; yo puedo. -Al tratar de quitar el aluminio lo abrí hacía mí y el contenido se proyectó en mi rostro- ¡Demonios!, -Marcos se apresuró a acercarme una servilleta- 
— ¡Oh, Maia!, en este momento eres el deseo de cualquier hombre 
— ¿Cómo?, molesta y aun sucia fue lo único que pude balbucear, Marcos soltó una carcajada 
— Maia, querida, amo tu inocencia 

Días después seguía pensando en qué fue lo que no entendí de lo sucedido con Marcos, abrí TikTok y al ver un video, Jo...


martes, 9 de enero de 2024

Una tarde diferente



Daba vueltas sobre sí mismo, me quedé observándolo, su pequeño esfínter no está del todo entrenado y los accidentes se suceden dentro de la casa. A veces lo veo buscando las esquinas de los muebles y me pregunto, ¿lo hace con toda intención?, porque le llamo, se sienta y se me queda mirando, con esa carita de no romper ningún plato, siento que me ha tomado la medida y espera un descuido mío para hacer su gracia.

— Ven, Gurrumino, vamos al jardín... no, mejor al patio, no vaya a ser que te caigas en el agua
Abrí la puerta de la cocina e intenté salir; y Gurrumino se me adelantó haciéndome perder el equilibrio, pude sujetarme de la puerta evitando la caída; y la puerta se cerró dejándonos afuera.

— ¿Podrás esperarme aquí mientras abro por la sala?, -lo vi moviendo su colita-, No, definitivamente no puedes, ven, acompáñame, quise cargarlo y Gurrumino ya estaba en la otra puerta.

Abrí la reja hacia el jardín, sabía que volvería a hacer lo mismo, me hice a un lado y lo dejé pasar -aprendí de la experiencia- Gurrumino corrió veloz, soy consciente que está aburrido del encierro, pero hace tanto frío; y es tan pequeñito.

Se escuchó un aleteo forzado, pensé que sería un murciélago, me asusté y empecé a gritar, Gurrumino corría de un lado a otro ladrando, el aleteo se hizo más potente, de repente un golpe contra la pared y el bicho cayó en el césped

— ¿Está muerto?, ¿Está muerto?, Gurrumino, ¿Está muerto? -obviamente, Gurrumino no me respondería- Saqué el móvil y llamé a Marcos, unos minutos más tarde y Marcos estaba allí.

— Se cayó por allá -y señalé el lugar donde vi una mancha resbalando- Marcos encendió la linterna del móvil y se dirigió al lugar

— No, Maia, no es un minivampiro, es un pajarito; y sí, está muerto

— No me digas eso, lo he matado con mis gritos

— Es que, no entiendo cómo un pájaro se estrella contra la pared; ¿y dices que gritaste?, pero Maia, si es un pajarillo -se acercó un poco más y el pajarito empezó a aletear, salió volando y fue a detenerse encima de la barda- Marcos asustado se echó para atrás y fue a caer en la alberca helada.



Marcos tuvo que ducharse y se puso un precioso y reducido pijama de besitos, al salir a revisar si el pajarito se había ido, descubrimos que tengo un nuevo inquilino; y dos huevecillos, -quizás el padre también ronde por ahí-.

Por cierto, el pajarito hizo su nido encima del sweater de Gurrumino.

jueves, 4 de enero de 2024

Viejas costumbres


Al caer la tarde, mi padre encendía el fuego al lado del jardín, colocaba cerca una mesita blanca; y en el centro la rosca que había preparado esa mañana.

Mi madre acercaba un jarrón con chocolate caliente, cinco jarritos de barro y cinco cojines. Sentados alrededor de la mesa, degustando la rosca de reyes y el chocolate caliente, hablábamos de todo y de nada. Cuando mi padre murió, con él se fue la tradición.

En esta ocasión retomaremos aquellas viejas costumbres, la reunión será de las ocho más Ninna.

¡Feliz día de Reyes!
-si lo celebras-



Hoy, barra libre de rosca casera y chocolate caliente
Té, café, o lo que apetezcas
¡Acompáñanos!