jueves, 4 de julio de 2024

Radical




Corté el cabello por debajo de los hombros, preparé el flequillo y cuando estaba a punto de hacerlo me detuve, observé  los largos esparcidos por el piso, luego levanté la vista y el espejo me arrojó una imagen diferente,  ¡tan distinta!, ¿cuándo fue la última vez que lo tuve tan pequeño?, la memoria juega a su favor,  se me oculta; y no tengo los recursos para someterla, me pierdo en el presente, en esos cabellos que hace mucho dejaron su rebeldía.

Abrí el tubo y preparé el tinte, una hora después estaba nuevamente frente al espejo, ¡ahora soy castaña!, pero ¿me gusta el cambio?; y aquí estoy tratando de asimilar el contraste con mi piel.

Lo peinaba, lo secaba e intentaba hacerme una con mi nueva imagen; y a punto de seguir moldeando, me detuve a responder un mensaje,  luego otro y así se fueron sucediendo hasta terminar en una charla amena; yo seguía de pie frente al espejo...

Cuando escuchaba su voz corría a esconderme, sabía que se quedaría poco, pero era el tiempo suficiente para sentirlo eternidad. ¿Cuánto tiempo era el límite antes de ser descubierta?, relativamente breve.

La tía Carmela llegaba a poner todo de cabeza, nos llamaba a su presencia -a las tres- y después de quejarse de nuestras largas y alborotados melenas metía tijera dejando nuestras cabezas corte-niño. Recuerdo que mi padre adoraba verme así,  tanto como yo lo detestaba pero, ¿quién podía contradecir a un mayor, más siendo familia; y por qué lo hacía?.

Mi madre al regresar y ver ese desastre; y dentro de su enfado solo atinaba a decir, ¡Ay, Carmela!... ¡Diantres, qué difícil era la/mi familia!...

Y ahora estoy aquí, buscando resolver mis dudas. ¿Por qué intentar el cambio?, ¿por qué cortarlo y cambiarle su color?... Y dentro de la introspección me vino la respuesta. Porque últimamente me he sentido incómoda, diariamente enferma y agotada de solucionar los problemas de las ocho -amigas-; y tanto, que olvidé cuidar de mí. 

No era mi aspecto lo que tenía que atender, pero me ha encantado el cambio... Mañana habrá reunión de chicas -y a cortar cabezas-...



15 comentarios:

  1. Simpático "monologo" el cambio de pelo siempre es divertido y el final que le pones al texto me ha encantado, Feliz noche de chicas

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  2. jaja Yo jamás lo he llegado a tener, a la altura a la q tú te lo cortas, lo más largo por los hombros , habitualmente lo llevo justo por debajo de la nuca, tengo muchísimo y encaracolado , cuando era peque como se me enredaba mucho siempre llevaba dos trenzas como las indias pero cortitas jaja a mis hermanas como lo tenía liso les dejaban la melena hasta la cintura a mi, no me hacían como tú tía Carmela, pero las tijeras me perseguían porque mi pelo a veces era imposible peinarlo, al contrario q a ti, el único q siempre me libraba de las tijeras era mi padre..no creo q permitiera a ninguna tía me lo cortara. La verdad es q es cierto, tienes una familia muy peculiar , seguro q estás guapísima aunq el único cambio q de verdad te ayudará a sentirte mejor es por dentro, lo malo es q ahí no funcionan las tijeras o sí, pero de otro tipo ; ) y gracias MAIA aunq nadie prepara el té como tú, no te molestes, ya me lo sirvo yo ; ) Un besito y q disfrutéis mucho !

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    1. De niña y gracias a la tía lo llevaba cortijo, primero pasaba por sus manos y luego por una estilista que la pobre hacía lo que podía con lo que le dejaban. Actualmente ya no es imposible meterlo al orden, María, hay cosillas que ayudan. Lo demás está por resolverse, poco a poco.
      Sentémonos a compartir el té, María. Besito

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  3. Me hiciste acordar de la vez cuando era niño y una prima, un poco mayor, se las quiso dar de peluquera conmigo y experimentó con mi cabeza. Al final me llevaron a un peluquero profesional y optó por lo más sano: pelarme entero. Me fui y me vine llorando por el camino. Pero me sirve esta experiencia para ir por ahí contándole a la gente que yo antes era rubio jaja, hasta que un día una prima... Va un abrazo, Maia.

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    1. ¿Y tu prima continuó por ese camino?, quizás la preparación y experiencia la hicieron buena. ¿Eras rubio?, ¿crees que solo hay rubios y castaños?, la gama es más amplia que eso, Julio David.
      Va otro para ti.

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  4. Tus 8 amigas que te dan tanto para escribir pero demandan tanto de vos.
    Está bien que hayas encontrado tiempo para dedicartelo.

    Esos experimentos con el pelo, en cabezas ajenas. Pueden terminar en malos resultados.
    Besos.

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    1. Sí, son mujeres un poco extremas, Demiurgo. Son importantes esos momentos, aunque a veces lo olvidamos.
      Terminan mal, sin duda.
      Otro para ti.

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  5. Si te hubieras teñido de negro azabache serías Maia y las 8 amigas ;) Muchas veces cambios como el corte de pelo significan vernos de otra forma y por ende quebrar lo establecido, seguro va por allí lo tuyo. No cortes muchas cabezas que te quedas sin amigas.

    Besos dulces Maia.

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    1. Un total de ocho, DUICE. Quizás en otra ocasión lo haga.
      Dudo, don buenas amigas.
      Otro para ti.

      "-Cambiar es bueno
      eh, ¿por qué has hecho eso? -No importa! está en el pasado! +Sí, pero aún duele... -Oh sí, el pasado puede doler, pero tal como yo lo veo, puede huir de él, o aprender.
      Rafiki

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    2. Entonces calza, Maia y las 7 amigas. Del pasado se huye de lo malo y se aprende de ello, y lo bueno se conserva.

      Otro para ti, un beso dulce claro.

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    3. Maia también es amiga, DUICE
      Y otro más para ti.

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  6. una vez lei una frase: "la vida es una serie de malos cortes de pelo". Lo que encierra es que el pelo crece y soluciona por si mismo lo que una mano ajena o propia ha causado. Y sin embargo volvemos a cortarlo y a hacerlo mal. Seguro que ese largo y ese castaño te sientan bien... Como tienes esa imagen de ua muchaba en el sofa con pelo corto siempre he pensado que lo tenías corto. Un abrazo

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  7. como la mayor de mis hermanas me lleva 23 años yo no existía cuando ella decidió cortarse el cabello largo .

    conversando con la segunda de mis hermanas que me lleva 17 años, me dice que nuestra hermana llevaba el cabello largo hasta la mitad de su espalda y que se lo cortó bien chico porque peleó con su enamorado (que era ni más ni menos que el primo hermano de nuestra madre, uf).

    ella también me dice que hasta la peluquera le rogó hasta la saciedad a nuestra hermana mayor para que no se lo cortase por lo hermoso que era su cabello, pero mi hermana no cedió y las tijeras empezaron a funcionar.

    al que tampoco le gustó nadita aquel corte fue a nuestro padre, pero ya nada pudo hacer.

    no sé porqué las mujeres se la agarran con su cabello cada vez que tienen una crisis sentimental.

    eso sí, que yo recuerde, nunca hemos tenido en la familia a alguien como tu tía carmela (bueno, hubiera sido imposible, mi mamá sólo tenía seis hermanos hombres y las dos hermanas de mi papá siempre vivieron en una ciudad muy al norte, lejos de la capital, y en esa época no nos visitaban).

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  8. El cuidado de uno mismo es fundamental.
    Pero "descuidarse" es más habitual de lo que pudiéramos imaginar.
    Abrazos Maia.

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Susúrrame al oído, que mi corazón te escucha