miércoles, 5 de junio de 2024

Tan solo una cita


Música cortesía de María

Llegado el día, me puse un bonito vestido negro que jugaba un poco con las texturas y los cortes, no fue lo primero que encontré -como suele decirse- lo busqué específicamente para la ocasión.

— "Solo una cita y partimos de ahí, Maia", me lo dijo y parecía honesto, quizás por eso no sentía el peso de un compromiso o una promesa más allá de esa noche.

Llegamos al cine, había algunas personas en fila para escoger sus lugares, nos acercamos a cafetería; yo me quedé seleccionado las bebidas, café frío para ambos. Él se dirigió a taquilla, me quedé observando cómo se alejaba, indecisa mientras pensaba ¿fue buena idea salir con él?, es mi amigo y no quiero verlo de otra forma... ¿no quiero o no puedo?, ahí me quedé. 

Pedí las bebidas y fui a su lado, al llegar, él seguía escogiendo los lugares, su atención, concentración o distracción estaba a su derecha con la chica que tenía al lado; -y cualquier hombre lo haría, ella traía un escote monumental-, luego volvía a ver la pantalla para tratar de disimular  — Maia, querida, discúlpame,  hace años que no vengo al cine. -su nerviosismo era evidente-.

Todo el tiempo entre el café y la selección de lugares me sentí observada, tenía esa sensación de escalofrío en la parte central de la espalda,  como una espera larga de un dedo que está a punto de recorrerla y la espera se vuelve eterna. Mi cita ya lo había  notado y despertó a su macho interno, -me di cuenta porque asentó el brazo en mis hombros y la mano cerca de mi cuello, como quien delimita sus terrenos-, la sensación seguía y no quise evitarlo por más tiempo, me di la vuelta, detrás estaba un hombre -la única descripción que se me ocurre de él- bello en todos sus ángulos,  era un imán con forma de hombre, atractivo y con mucha personalidad; y tanto, que las piernas me temblaban y el pulso estaba enloquecido ante su mirada.

Quise parecer normal pero el temblor de mi cuerpo no cesaba y no pasó inadvertido a mi cita, había colocado su brazo alrededor de mi cintura — ¿Nos vamos, cariño? -asentí y nos dirigimos a la sala-. 

Mi cita había colapsado, él mirando a la chica de escote pronunciado y yo descubriendo en otro un deseo ingobernable. 

Iniciada la película, en un destello de luz pude darme cuenta que ese hombre esculpido por los dioses se había colocado a  mi lado izquierdo; y dentro de esa semioscuridad su mano envolvió la mía...


10 comentarios:

  1. Anónimo5/6/24

    ¿,es atenuante que lo haya empezado él, cosa guapa?, jeje sabés que si

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  2. Nos cuentas la pelicula o fue un sueño o ¡Albricias! fue real.

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    1. Fue una de superhéroes que yo no escogí; y lo único que recuerdo es, que el protagonista estaba de diez.
      Navegando por Facebook llegué al de Fer, mi cita de aquel día y me enteré que murió hace cinco años , Ester

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  3. Un imán con forma de hombre, una analogía precisa para definir el magnetismo que atrae al punto de provocarte ese pulso que siempre es muestra del deseo que emana desde lo interno. El Superhéroe estaba a tu lado cogiéndote la mano.

    Besos dulces Maia y dulce fin de semana.

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    1. Fue placentero porque les hemos dado un giro a los hombres-no digo que esté bien o mal- y ahora preguntan por todo, "¿puedo acercarme?", etc. Sí, en esos momentos el héroe estaba a mi lado. Otro para ti.

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  4. si el suspense no lo viviste en la película, al menos te quedó el del tiempo real, mucho más intenso y emocionante.

    ¡una entrada al cine bien pagada! je.

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  5. Parece que no le prestaste mucha atención a la película, pero la salida no fue un desperdicio. Aunque eso tampoco sucedió como se había planeado.
    Las miradas fueron muy reveladoras.
    Curiosamente, esas cuestiones suelen darse en el género de superhéroes.
    Besos.

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    1. Esa fue una cita diferente, Demiurgo
      Otro para ti.

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Susúrrame al oído, que mi corazón te escucha