domingo, 25 de febrero de 2024

Dos medias horas

La publicación anterior, del peso y rebote de los senos vino cono recuerdo después de una tarde/noche de reunión con algunas amigas, entre ellas, Marce.

Aquí vamos...
Marce había llegado tarde a la celebración -algo común en ella- y no se enteró, que cuando seleccionamos la mesa, el maitre nos solicitó que tuviéramos paciencia con el mesero por ser nuevo — Está aprendiendo -nos dijo-.

Dos medias horas después -Marce dice que "lo normal" es no retrasarse más de media hora, que si lo haces estás faltando al respeto y consideración del tiempo de la otra persona, entonces, todo se reduce cuántas medias horas caben en media hora-, -como decía-, dos medias horas después, Marce hizo su aparición en el restaurante; ya estaban en la mesa nuestras bebidas  -a pesar de la lentitud del mesero- y el bullicio era evidente

Marce llegó con un arrollador jumpsuit negro de escote pronunciado que la hacía verse espectacular, de inmediato se puso al corriente de lo acontecido en su ausencia,. Justo en el momento que Marce se distrajo leyendo un mensaje que le acababa de llegar, el despistado mesero se acercó a preguntar si algo se ofrecía, le pedí repetir mi copa; y él, distraído con los atributos de, Marce y sin disimular la vista a sus senos preguntó — ¿Qué copa?, Marce, igual de distraída que él -distraída de lo que decíamos, pero no de la mirada del mesero- y creyendo que le había preguntado la medida de copa de su sostén, le respondió — ¡Hombre!, pues no llevo, pero dime cuándo mide tu miembro y ya veremos si me apaño a recordar...

El mesero retiró la visita de inmediato de los pechos de Marce.
Marce bajó la vista de inmediato al pantalón del mesero, movió ligera y descaradamente la cabeza de un lado a otro, como calibrando el kilometraje oculto bajo su pantalón.
El resto nos mirábamos entre nosotras sin saber qué decir.
El maitre vino a rescatar la situación; y llevándose al mesero nos ofreció una disculpa y cortesía de la casa, ninguna de nosotras estuvo de acuerdo -incluida Marce- en la cortesía -en las disculpas sí, pero no eran suficientes, sentenció, Marce-.

Después de pagar la cuenta, Marce dejó como propina un generoso mensaje al mesero.

"Existe una gran diferencia entre una mirada que se escapa de refilón -que a cualquiera nos puede pasar- y hacerlo fija y ferozmente, provocando incomodidad; y una reacción adversa. No es cosificando a una mujer que obtendrás respeto, así pues, cuida tu sustento".

Con, Marce tenemos un pequeño debate de lo que es el respeto, solo que me ha pedido que no ahonde en el tema y lo deje a criterio; y se ha comprometido que si una sola persona piensa como yo -Maia-, entonces y solo entonces se sucederá un cambio.

29 comentarios:

  1. los hombres tenemos milenios mirando y juzgando tetas antes de verles la cara a las féminas. es una costumbre que no se va a ir así nomás.

    cuando vamos caminando detrás de ellas hacemos lo mismo con su culo, y si es algo admirable de ver; recién ahí, podría ser, que nos interesemos en verle la cara cuando la sobrepasamos al caminar; e incluso ahí le miramos primero las tetas antes de mirarles la cara.

    es más, estoy seguro de que si no lo hacemos así, lo primero que se le viene a la mente a la mujer sería:

    -"este debe ser maricón".

    puede ser también una cuestión cultural. no hay problema.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. O un caballero.
      Todos miramos, DRACO, solo hay que saber hacerlo.

      Borrar
  2. En mirar no hay nada malo, no es una falta de respeto mirar lo que nos atrae, lo malo es cuando la mirada molesta o invade y si en el caso de Marce fue así, lo mejor era hacerle ver al mesero esa invasión antes de responder de esa manera, no porque la respuesta estuviera mal, que me parece muy ocurrente, pero si algo te ha molestado de alguien, no puedes devolverle lo mismo, sino, ya no hay derecho a queja. Y mirar no tiene nada que ver con asuntos de género, yo miro un buen escote y también me miran cierta parte. Todos somos un poco voyeristas.

    Besos dulces y dulce semana.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hay que saber mirar, DUICE. ¿Dices que hay que hacerle ver amablemente que no sea incisivo con su mirada? o tendríamos que aplicar aquello tan antiguo de ¿"Calladita te ves más bonita"?. Que sea lo na buena semana.

      Borrar
    2. Ciertamente hay que saber mirar con discreción, y cada cual aplica sus maneras según su forma de ser, tan solo creo que si algo te incomoda lo haces notar. Marce lo hizo a su manera, tú con tu blusa transparente y nada debajo, igualmente. Aunque recibieras una respuesta peor seguro que la mirada. Pero a veces un gesto, una mirada dice mucho más que una reacción impulsiva.

      Un beso dulce más.

      Borrar
    3. Con la situación de la blusa con transparencia, fui yo quien recibió la peor respuesta, como dices; y fui la más respetuosa, lo que veo es que no hay una respuesta correcta, ni única, las personas somos tan distintas, de igual forma que la reacción.

      Borrar
  3. Pues hay que ver el "juego" que da cada "media" hora... :))))))
    Abrazos Maia.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Mucho juego, Ernesto, que con ella caben demasiadas. Abrazo

      Borrar
  4. Yo siempre he estado en contra de las miradas descaradas. Es cuestión de educación. Ni siquiera en los tiempos de hormonas desatadas invadí ocularmente a una mujer de esa manera. Miré, claro, no puedo evitarlo pero siempre evitando que se me viera mirar.
    En una novela una mujer lleva un gran escote y el tipo le dice que si no quiere que le vean los pechos por qué lo lleva, ella responde:
    - Para distinguir a los hombres de las bestias.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Lo has bordado, Sergio, educación y esa frase final que es demoledora. Gracias.

      Borrar
  5. Media en tres otras medias horas, es una tardanza normal, pero insoportable si fuere el caso, pero si hablamos de dos (un par), la cosa cambia, un par (tanto en hombre como en mujer), es algo importante, es como los zapatos, uno es feo e incompleto, dos son otra cosa. No obstante, siempre he creído que es más importante imaginar que ver ... y me gustan (ambas).
    Dejo claro de qué lado estoy, espero.
    Un fuerte abrazo, Maia que por ser lunes no está nada mal el tema.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Te lo capto, Enrique; y coincido. Un fuerte abrazo

      Borrar
    2. Gracias, no me pasa con todo el mundo igual.

      Borrar
    3. Gracias a ti, Enrique

      Borrar
  6. Me gusta la frase final de SERGIO y comparto el argumento de DULCE. Es verdad que hay personas muy invasivas, la mayoría de las veces, quiero pensar que de manera inconsciente, pero si alguien se porta de forma grosera y tú reaccionas al mismo nivel, no hay diferencia, pasas de víctima, a agresora. Aunque hay que reconocerle a MERCE que tiene remango jajaja a mi me ocurre lo contrario que a ella, lejos de revolverme, me entran ganas de meterme bajo una baldosa del suelo. Hace falta trabajar mucho el respeto, estamos muy faltos de él y lo peor, hay algunos tipos que creen que te alagan mirándote descaradamente o soltándote alguna barbaridad, a veces me gustaría tener la rapidez de MERCE, pero no de palabra .. coger una copa y pegarle un buen remojón para que se refrigere : ) Un beso MAIA y otro para MERCE, dile que todo es con el mayor respeto : )

    ResponderBorrar
  7. Es que el final de, Sergio lo dice todo. Supongo que la reacción es calibrada a qué tanto te ha incomodado, ¿No?.
    Alguna vez perdí una apuesta con las chicas y me tocó de castigo usar una blusa negra sin sostén y un poco de transparencia; y qué remedio, había que pagar el castigo, de lejos un chico me miraba, se acercó y seguía mirando mi usa -o lo de abajo-, incómoda por la situación le pregunté decentemente si necesitaba algo, me respondió que sí , que necesitaba mi canalillo, te diría que entre más jovencitos, más imprudentes, pero no, la nula de educación no siempre se soluciona con la edad, al contrario.
    Sí n problema, María. Un beso para ti.

    ResponderBorrar
  8. Una propina muy merecida.
    Así aprenderá.

    Besos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ojalá y haya aprendido, TORO. Otro para ti.

      Borrar
  9. Siempre en estas situaciones me acuerdo de los insectos nocturnos que se sienten atraídos por la luz y mueren, o de Ulises atándose para no caer victima de los cantos de Sirena. Tenemos una parte primaria que es como el viento en las velas (la imagen es de Ortega y Gasset), nos impulsa nos lleva a buen puerto o nos estrella en las rocas. A cada cual le corresponde saber gobernar su nave. A principios del siglo XX llegó un embajador a Lisboa, en nuestra vecina Portugal, con la mala suerte de que el hombre se apellidaba Porras y Porras, y, claro, al parecer "porra" en portugués es un vulgarismo fácil de imaginar; cuando presentó ante el rey don Manuel II las credenciales se dice que este murmuró: no me molesta el apellido, lo que me molesta es la insistencia. Aquí pasa algo parecido pienso. Un abrazo Maia

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Totalmente, Joaquín, lo has bordado. Un abrazo.

      Borrar
  10. Bueno, Marce es didáctica. LO demuestra la nota ejemplifiante dejada al torpe mesero. Tu humor proverbial, apreciada Maia. Un abrazo. Carlos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Seguro que sí, Carlos, gracias, otro para ti.

      Borrar
  11. Valentía o estupidez¿. Hay que ver que algunas personas no cambian y siguen en esa época retrograda donde la mujer, si estaba sola se retraía y aguantaba, en pareja el hombre hacía frente, lo dicho, la interrogante sigue, valentía o estupidez.
    El respeto lo entiendo, no solo en estas situaciones, también en la comodidad de Marce para acomodar tantas medias horas dentro de media hora como mejor le acomode. Soy impuntual por agotamiento, siempre llegando y recibiendo temprano y cuando toca que me reciban hasta hora y media tengo que esperar después de un largo turno de 24 ó 36 horas.
    Abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Para mí, tanto es irrespetuoso quién te invade con la mirada, como lo es quien dispone de tu tiempo por llegar tarde.

      Borrar
    2. Creo que fue un poco de ambos, quizás más lo segundo.
      Pensamos igua en lo del respeto y Marce tendrá que cambiar como comprometió. Otro para ti.

      Borrar
  12. Lo que hice al leer tu entrada, fue buscar jumpsuit negro, en google.

    Besos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Es una variación del enterizo, la diferencia es que el jumpsuit puede ser ajustado u holgado, el de Marce era ajustado arriba y piernas amplias, precioso. Otro para ti.

      Borrar
  13. Hay medias horas larguísimas que se hacen eternas. Mirar es bueno pero no me gustan esas miradas que intimidan. Bien por Marce y su pregunta al mesero.

    Maia Un trampantojo no es un ave. Es un efecto óptico que engaña a la vista, haciendo ver lo que no es.
    Buena semana.
    Un abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Laura. Comprendo ahora lo de las nubes y chimenea. Otro para ti.

      Borrar

Susúrrame al oído, que mi corazón te escucha