lunes, 4 de diciembre de 2023

Cuando soy buena, soy muy buena; cuando soy mala, soy mejor -lo dijo Mae West-

🎼 🎶

El fin de semana, en una cena familiar en la que volvieron a incluir a Innombrable me trajo recuerdos que había olvidado.

Necesitaba hacer unas compras de última hora, para ese momento era imposible encontrar aparcamiento, taxi o Uber, nada estaba libre, Marcela se ofreció a llevarme, mientras yo me escabullía e intentaba adquirir los productos olvidados para la cena, Marcela daría vueltas haciendo tiempo. Unas horas después había terminado, llamé a Marcela; y nos pusimos de acuerdo en dónde encontrarnos, al acercarme, Marcela ya me estaba esperando, subí al coche, me sentía estresada.

— ¿Te apetece un chocolate caliente para desestresarte?. También puede ser algo más fuerte, amiga
— Un café estaría bien -pasaban de las seis, la oscuridad se empezaba a sentir como el frío-
— Conozco una cafetería que te va a encantar, Maia, es retro, así, con esas cosas raras que te gustan
— ¿Y si vamos mejor a casa?, no tengo ganas de lidiar con otra multitud en estos momentos
— No te preocupes por eso, si lo sientes aglomerado podemos pedir servicio al coche, tienen unos apartados que no te lo vas a creer.

Llegamos, el lugar era precioso, pequeño y acogedor, estaba vacío, aún así, nos sentamos en una mesa al fondo con vista hacia el estacionamiento; y sí, tenía separaciones con cascadas de luces volviéndolo una experiencia placentera; y con el café en su punto empezaba a relajarme.

— Tenemos que volver en algún momento, Marcela, pero al estacionamiento ¡es increíble! 

Deslizaba la vista por todo el lugar, estaba extasiada de tanta intimidad y belleza; y frente a nosotros, en un rincón al extremo izquierdo, justo después del estacionamiento de la cafetería había un coche aparcado, sus integrantes estaban en pleno movimiento.

— Espera, es...
— Mejor nos vamos, Maia, no hay que echar a perder tu noche
— Espera, pero ¿cómo?
— Hay, amiga, es un hdp
— Vámonos ¿si?; y da vuelta por favor
— No irás a rebajarte, Maia, no pienso permitirlo
— Tranquila, solo quiero asimilarlo

Marcela rodeó la cafetería y fue a quedar una cuadra detrás de -mi- coche, cerca de nosotros vimos a unos distraídos policías, bajé la ventanilla y les indiqué con la mano para que se acercaran

— ¡Caballeros! -sé que a algunos hombres les gusta ser llamados así, se eleva su instinto de protección- disculpen, me pareció ver en ese vehículo un hombre mayor con una menor
— Gracias, señorita, nos haremos cargo

Y nos fuimos de ahí, no quise quedarme a ver el desenlace. Llamé a los amigos y cancelé la cena de media noche; y me dispuse a esperarlo sentada en el sofá -antes rojo- él llegó casi al amanecer contándome una de sus mentiras extraída de su amplio repertorio.

— ¡Quiero que te vayas! -Habló, suplicó, pidió perdón, al final terminó culpándome, luego vino la resignación, cogió sus maletas- y se marchó
— ¡Me llevaré el coche que te regalé!
— Por favor; y no dejes nada o lo sacaré a la calle
— Te doy tres días para que vengas suplicándome que regrese

Azotó la puerta y desee no volverlo a ver, me acababa de destrozar el Innombrable  al involucrarse con mi sobrina. Esperé paciente el día y la noche siguientes, sabía que al amanecer viajaría al centro del país. A una hora prudente llamé a la policía y levanté un acta por robo de vehículo.  Solo desperté y el coche había desaparecido -mencioné-

No acostumbro poner la otra mejilla después del primer golpe, tampoco me siento orgullosa de lo que hice, pero en ese momento, qué satisfacción sentí con las múltiples detenciones que le hicieron a Innombrable para verificar si el vehículo era robado; y las muchas declaraciones que tuvo que ofrecer para aclarar la situación, si hasta para venderlo era un completo desastre. Al final el coche se quedó ahí y con los años ha venido acumulando polvo.

Marce estuvo en todo momento conmigo, por eso, por su apoyo y amistad constante es que la última situación con ella ha quedado en el olvido.

22 comentarios:

  1. Aclarado entonces que le perdonases lo último. También reconozco que no era suficiente lo que hizo como para destrozar una amistad tan larga y fuerte.
    Ni uno solo de nosotros se salvaría nunca si se nos estudiase a fondo. Todos arrastramos asuntos de los que no nos sentimos orgullosos. Por eso tal vez podemos perdonar mejor.
    La historia del innombrable y la venganza es merecida. Su chulería estaba pidiendo a gritos un correctivo.

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    1. Ha sido solo un resbalón que requería tiempo para asimilarse, al final la amistad entre nosotras es mucho más fuerte que cualquier inconveniente, Sergio.
      Innombrable es pasado, aunque se empeñe en hacerse presente.

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  2. ¡vaya con la sobrina!

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    1. No olvides a innombrable, DRACO

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    2. la verdad es que me olvidé por completo del innombrable. él no tiene justificación alguna e hiciste bien en expectorarlo.

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    3. Lejos, muy lejos, allá que se quede, DRACO

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  3. Hola hola...
    ¿En lo de "soy mejor" cabe lo de -lo "dijio" Mae West-? :))))))
    Abrazos Maia.

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  4. Voy a escribir fuerte para que mi comentario se grabe, el ultimo no se quedó quieto.
    La amistad merece oportunidades, las justas pero las merece, las necesitamos.
    La chulería solo admite un pasaje para el olvido. Abrazucos para el puente

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    1. Coincidimos en eso, Ester. Otro para ti.

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  5. jaja me alegro que Marcela y tú hayáis superado lo que os ocurrió, aunque ese tipo de comportamientos a mi me generan mucha inseguridad y sin confianza es complicada una amistad, pero bueno.. tiempo al tiempo, no deja de ser su personalidad la que resulta complicada para ella misma, no tanto para ti.. y respecto a tu venganza jaja no sé si a mi me quedarían ganas de ponerme a llamar a la poli ante algo así, simplemente querría mantenerlo lejos, bien lejos … hasta de mi pensamiento. Otro beso! y dame un respiro, no puedo llevar tu ritmo jaja vaaya vida tan ajetreadas emocionalmente tienes : )

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    1. Que cada uno se haga responsable de sus actos, María. Estaba molesta y con deseos de herir, algo que ya he dejado en el pasado. Ja, ahora me calmo, pienso en frío y luego actúo en consecuencia. Es que el recorrido ha sidi largo, María, a veces los recuerdos regresan.

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  6. Trepidante, Maia, esta vez al límite. Tus correctivos son de una mala L maquiavélica, también ingeniosos, claro.
    Veo (leo), que, en general, tienes una vida muy entretenida.
    No dejes de escribir sobre estas "gestas", aprendo mucho, Maia.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Esta vez mi lado oscuro, Enrique. Abrazo fuerte, amigo.

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  7. Si no recuerdo mal Marce estaba ya con Manolo mientras este aun salía contigo ¿se puede perdonar eso? Si tú lo ves bien yo también; algún día seréis dos viejecitas entrañables tomando el té mientras veis jugar a niños por las ventana y recordareis a esa fauna de gañanes que se cruzó por vuestras vidas y sonreireis alegrandoos de teneros la una a la otra. Un abrazo

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    1. Se puede trabajar en eso, Joaquín, aunque queda cierto recelo. Pero hombre, no tengo planes de ver la vida pasar a través de la ventana, ni aún siendo viejecita. Un abrazo.

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  8. Eso del polvo acumulado me situó en el tiempo que la situación no me encajaba luego de los hechos anteriores, y está muy bien que los sentimientos de amistad verdadera prevalezcan por sobre otros, pero... si Marcela (tachada) y el innombrable (tachado) están juntos, seguirán rondando, muy innombrable, pero muy presente en tus entradas :)

    Besos dulces querida Maia.

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    1. Sí, fue hace mucho tiempo, los recuerdos a veces se amotinan ante alguna situación. Ellos no están juntos, se sucedieron en épocas distintas.

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    2. Mejor no recordar lo que no merece ser recordado, menos escrito. Perdón por el error, con tanto personaje tachado me confundí :)

      Otro para ti, un beso dulce obviamente.

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    3. Mejor recordar para no repetir errores. ¿Te parecen tantos?, ahora soy yo quien está confundida en cómo sentirme con eso.

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  9. Bueno , alguna vez habrías de estallar , pero como decimos por estos lados "ese man se pasó de calidad. Un abrazo
    Carlos

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    1. "Se pasó tres pueblos" se dice por acá. Gracias, Carlos. Otro para ti.

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Susúrrame al oído, que mi corazón te escucha