Detrás de la ventana y a través de la cortina veo la farola que alumbra parte de la noche, su luz es cálida, sin mucha fuerza, me ofrece el paisaje como si fuera una postal antigua, luego observo el cuadro que he colocado en la pared contigua, es la figura de parte de la espalda de una mujer que admira el horizonte, ondea su cuerpo una túnica semitransparente y deja al descubierto la redondez del pecho del lado izquierdo, no demasiado como para mostrar su pezón. Eso fue parte de la restricción autoimpuesta por la pintora que me recomendó Marcela.
Recuerdo cuando me la presentó y le dije lo que quería, se puso nerviosa y me respondió que ella solo pintaba flores, a veces las olas y el beso con el horizonte; y ahí fue donde sonreí, - ¡Excelente!, el mar, el horizonte y una mujer semidesnuda admirando su belleza -.
La pintura quedó tan perfecta, que desde ese momento, Eunice incluyó en su amplio repertorio de flores y canastas figuras sutilmente expuestas, con el paso del tiempo, su pincel elevó el atrevimiento y ahora ha pintado un cuadro del torso (y un poco más) de un hombre, un hombre sin rostro propio, porque al observarlo te haces consciente que puede ser uno, o pueden ser todos.
Al final del día, estoy sentada en el rojo sofá, (mi favorito), con una copa de vino e imaginando cómo se verá la nueva pintura en mi habitación.
Se verá según se incentiven las sensaciones en la mujer sentada en el rojo sofá con el vino intenso en la mano.
ResponderBorrarUn intenso sangre de toro ; y un cúmulo de sensaciones a la espera, Fackel
BorrarEs cierto que la pintura se verá como dices que se verá y cada día cambiará dependiendo de tu ánimo. Pero si es buena nunca te defraudará. El arte empieza en la creación del artista pero acaba en los ojos de sus espectadores. Finaliza allí.
ResponderBorrarSon como la buena lectura, cada vez descubres nuevos matices.
BorrarEl rojo del sofá, una copa de buen vino, pensamientos y todo lo que fluye de su inconsciente. Una mezcla perfecta para dejar que la mano del pintor explore su sensualidad. La pintura puede provocar pero, el verdadero estímulo está en el ojo que observa.
ResponderBorrarAbrazos
El subconsciente recrea toda una gama de posibilidades; y si agregamos un escenario atrevido, todo fluye, Tatiana.
BorrarPromete ser innovadora y sorprendente. Envidio ese sofá y tu copa de vino tomada de forma tan plácida como plausible.
ResponderBorrarLas pinturas siempre son sorprendentes, hay que estar preparado para ello.
Feliz sábado.
Así es, Enrique, como yo tu mirada al mar. Felíz sábado.
BorrarCada paisaje nos lleva a lugares insospechados, más aún cuando plasman la sensualidad. Una mujer de espalda, un hombre sin rostro y una copa de vino que invita a ser saboreado. Solo el atrevimiento lo propicia todo.
ResponderBorrarBesos dulces y dulce fin de semana Maia.
Estaba celebrando, DUICE.
Borraruna farola alumbra parte de la noche, una pintura alumbra parte de la vida.
ResponderBorrarLo has dicho bonito, DRACO.
BorrarEse final del día es muy envidiable.
ResponderBorrarAgradable, TORO.
BorrarPor lo que describís, es una belleza ese cuadro.
ResponderBorrarY parece que tu pedido, influyó positivamente en la pintora, que tiene un nombre con sonoridad artística.
Besos.
Parece una premonición de sus padres al ponerle ese nombre, Demiurgo.
BorrarCuando has visto a un hombre los has visto a todos, en cambio, cada mujer es única.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Comentario inteligente, J. Gracias.
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ResponderBorrarQué sugerente atrevimiento imaginar que cualquiera puede ser esa silueta de mujer... o ese hombre sin rostro...
ResponderBorrarTodo está en los ojos que miran, Manolo
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