El coco, El ropavejero, La llorona, La mujer caballo, La mujer del puente, La española, la china poblana, son algunas de las leyendas que corren de boca en boca por la ciudad, hay algunas que sobresalen por tener una connotación religiosa, como La hora mala de las almas malas.
Mi madre es una mujer religiosa que se toma muy en serio la palabra de dios.
Cuando era niña y tocó mi turno, una noche de luna mi madre apagó las luces y se sentó en mi cama, encendió una escuálida vela blanca y me contó sobre la hora mala que se sucede de las tres a las tres cincuenta y nueve de la madrugada. Me dijo que en la hora mala, las almas malas te observan y hacen lo imposible por quedarse con tu alma. Son cincuenta y nueve minutos en los que no debes bajarte de la cama, encender la luz, tener un mal pensamiento o mirar por la ventana. No soy supersticiosa, tampoco religiosa, pero en algún momento y entre el sopor de la noche no son muy claros mis pensamientos.
Decididos a tomar unos días de descanso, Manolo y yo nos fuimos a un pueblito cercano, equino, de cata, rapel, etc..
-Cerraré la persiana
-Déjalas, la noche está preciosa, mira esa luna, ¿luna llena?, Manolo, ¡es luna llena!.
-Sí, la veo, Maia
Horas después desperté sobresaltada, Manolo me preguntó -¿Qué pasaba?
-Soñé muy feo
-Que soñaste?
-Me querían robar mi alma
-¡Tranquila,!; yo te cuido
-Estaba asustada, corría hasta quedarme sin aliento, las almas malas venían detrás de mí, me acorralaban y sin dejar de mirarme empezaban a acercarse más, gritaba por tu ayuda y tú muy cómodo en tu lado de la cama, hasta sonreías, ¿Por qué eres así?, ¡No te importo!, me has dejado sola.
-Discúlpame, me quedé dormido
-Si, claro y mientras yo corría peligro, quiero ir al baño
-Te acompaño
-Veo la hora en el móvil, 3:15 am
-No, no puedo levantarme, es la hora mala
-¿Cómo?
-De las 3:00 a las 3:59 am es la hora mala, no me voy a arriesgar a que se roben mi alma
-Soñé muy feo
-Que soñaste?
-Me querían robar mi alma
-¡Tranquila,!; yo te cuido
-Estaba asustada, corría hasta quedarme sin aliento, las almas malas venían detrás de mí, me acorralaban y sin dejar de mirarme empezaban a acercarse más, gritaba por tu ayuda y tú muy cómodo en tu lado de la cama, hasta sonreías, ¿Por qué eres así?, ¡No te importo!, me has dejado sola.
-Discúlpame, me quedé dormido
-Si, claro y mientras yo corría peligro, quiero ir al baño
-Te acompaño
-Veo la hora en el móvil, 3:15 am
-No, no puedo levantarme, es la hora mala
-¿Cómo?
-De las 3:00 a las 3:59 am es la hora mala, no me voy a arriesgar a que se roben mi alma
- Yo te acompaño, no tienes nada que temer
-No lo haré
-Un rato después se dan las cuatro.
-Ah bueno, ahora sí voy al baño
-Te acompaño?
-Noooo, ¿Cómo se te ocurre?; ya soy una adulta, además, las almas malas ya se fueron.
-Un rato después se dan las cuatro.
-Ah bueno, ahora sí voy al baño
-Te acompaño?
-Noooo, ¿Cómo se te ocurre?; ya soy una adulta, además, las almas malas ya se fueron.
Sí, lo sé, son vestigios de una educación persignada y extraña.
Vestigios tremendos, tener miedo debe ser fatal si te impide hacer alguna cosa. Como recuerdo "histórico" es muy chulo como un boceto de novela. Abrazosssss que ya ha pasado la hora mala
ResponderBorrarEres una mujer afortunada si no has tenido miedo alguna vez. Otro para ti
BorrarHoy me he desvelado en la hora mala... mala puñalada le den a esa maldita hora... jajaja
ResponderBorrarQue le den, Toro.
BorrarMás preocupante que las almas malas son las conductas malas de los humanos, que no tienen fecha, ni hora, y acaso tu madre te quería prevenir. Pero el cuento al que haces referencia tuvo que ser traumático en la inocencia de la niñez. Prueba de ello es que te querían raptar, y vives aún con tal temor.
ResponderBorrarUna forma común de control, sea de la familia o religión, "Si te portas mal vendrán por ti ....", así dentro de esta hora, es como un reajuste para hacerte volver al redil.
BorrarEl miedo lo generamos todos y cada uno. Somos demiurgos y criaturas del Miedo, verdugos y víctimas. Una propiedad intransferible, pero sí combatible a lo largo de la vida. ¿Se la vence? Me temo que no, a veces olo se la despista.
BorrarGeneralmente no tengo miedos, solo en ocasiones algún tropezón.
BorrarLa hora mala es aquella en que damos credibilidad a según qué cosas. Pero qué sabemos cuando somos críos. Y si preguntamos porque no sabemos, las respuestas tampoco son las acertadas. He recordado el puto colegio cuando era un tierno infante.
ResponderBorrarSí, te entiendo, a veces también recuerdo esos tiempos, como esa noche de luna.
BorrarMe imagino a Manolo muerto de sueño sin saber si sentirse aliviado de no tener que levantarse a esas horas o preocuparse por el estado mental de esa chica tan especial que trasluces en tu relato. Cuéntanos cuando toque y si te apetece esas otras leyendas con nombres tan curiosos. Un saludo
ResponderBorrarCon los gritos que doy te aseguro que Manolo o cualquiera pierde el sueño, Joaquín. El temor hasta ahora no ha sifo tal como para dejar que me acompañe a algún lado.
BorrarTe las contaré, Joaquín, el trasfondo de algunas de ellas es el mismo, controlar las acciones de los niños para generar una buena conducta. Un saludo
Debo admitir que desconozco algunas de esas leyendas, otras son casi internacionales como La llorona, pero lejos de asustarme, me gustan las historias de terror. He oído aquello de que a partir de las 3 de la madrugada se abren portales. Y sí, asustar a los niños era una manera de tenerlos bajo control, la ley del terror impera de muchas formas. Así que a portarse bien que pronto es la hora Maia, perdón, la hora mala :) suena como lo de la mano peluda. Espero que no temas a los vampiros, cerraste tu ventana esta noche¿ ^,,^
ResponderBorrarBesos dulces Maia y dulce fin de semana.
La mano peluda, La mano pachona, La mano huesuda y tantas más que ahora no recuerdo. Las ventanas siempre están abiertas y los vampiros son sexys, más que miedo sería atracción. Un fin de semana divertido.
BorrarPues justo te iba a comentar que menos mal que a mi no me contaron eso, porque soy muy meona y todas las noches me levanto jajajaja
ResponderBorrarBesos.
Has tenido suerte, o tendrías que ingeniartelas con un cómodo. Otro para ti.
BorrarHola.
ResponderBorrarNoto que algunas de esas leyendas urbanas son un tanto discriminatorias, por nacionalidad o condición social, como la del ropavejero.
Que idea tuvo tu madre. Está bien que lo usual sea dormir a esa hora, pero hay excepciones, existe el insomnio. Y la necesidad de levantarse en algún momento.
Yo estaría perdido porque si hay algo que tengo es malos pensamientos. ¿Por qué me tendría que abstener de tenerlos? Además, no pienses en tal cosa, hace que se piense precisamente en tal cosa.
Si atraje almas malas, creo que son los personajes sobre los que escribo, que suelen no ser necesariamente correctos.
¿En serio te asustaste? Por lo menos, estabas acompañada por Manolo. Y la hora pasó.
Un detalle, ¿qué pasa si adelanta la hora, por ahorro de energía? O si quedó adelantada en forma permanente.
Interesante leerte. Besos.
En aquellos tiempos qué pensarían estas personas para inventarse algo así, ¿delimitar la clase social?, ¿Formas de control masivas?.
BorrarLos pensamientos son inevitables y si te han valido para confeccionar personajes nada convencionales, ¿Qué más se puede pedir?. Quizás las almas malas te jalen los pies por la travesura. Otro para ti.
Pues tenía razón tu madre. Me he dado cuenta demasiado tarde. Tengo problemas con la próstata, ya sabes, la edad y eso. Por las noches me levanto de dos a tres veces para la micción. Procuro evitar siempre esa hora fatídica, esa hora mala. Pero el 27 de marzo de este año me despisté, no tuve en cuenta lo del cambio de la hora, me meaba vivo y me levanté a las presuntas 2,22 cuando en realidad eran las 3, 22. Pues eso, que los dichosos espíritus me intentaron robar el alma. Para su sorpresa no la encontraron ni dentro ni fuera de mi escueto cuerpo. Tuve que sentarme con ellos en el borde de la cama y contarles lo de mi operación de alma, de fimosis, de reducción de abdomen, lo de ponerme pelo en el frontal, lo de…Aquí se aburrieron y sigo como antes, meándome y desalmado (pero delgadito y con pelo, hale).
ResponderBorrarPedro, no sé si ha sido por empatía o por aburrimiento, pero te has librado de ser saqueado; y conservaste el porte, mejor que mejor.
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