lunes, 3 de abril de 2023

Quién me lo iba a decir

Una de esas raras ocasiones -he tenido dos en mi vida- que amanecí afónica, no había dolor o cualquier otro malestar, solo mi voz se volvió ronca y con poca fuerza. La presentación no era algo que pudiera esperar

Ese día en particular, Daniel traía un pantalón bastante generoso que le dejaba ver sus muy abultados atributos. ¿quién dijo que las mujeres solo se fijan en la mirada o la sonrisa? -que también-, pero es imposible dejar pasar el contorno de su cuerpo -no importa cómo es su físico, pero es inevitable deslizar la mirada por todo él-, vestía una camisa fucsia, zapatos como siempre impecables, pero el pantalón, ¿por qué nunca me fijé en su pantalón o qué tenía de diferente esa mañana para que me hiciera observarlo?.

Le di las indicaciones para que hiciera la presentación; yo solo estaría ahí como respaldo. Particularmente ese día, Daniel estaba nervioso, se movía de un lado al otro de la oficina o buscaba un rincón y se sentaba sin decir palabra.

4 mujeres y 12 hombres tenían puesta la atención en Daniel, le hacían preguntas y debatían, pero siempre sin quitarle la vista de encima, en algún momento sentí como mía la incomodidad de Daniel; y me reproché haberlo puesto en esa situación. Terminada la reunión y cuando todos se habían retirado le pregunté con mi poca voz, cómo se sentía 

¡Humillado!, mi mujer me ha puesto una jaula de castidad, aún no confía en mí después de su infidelidad. -no quise preguntar, solo lo dejé hablar- Hemos reconducido el camino, entramos en un juego de roles bastante interesante, debes entender que cuando se da una infidelidad, no es por culpa solo de uno, son ambos los que han fallado, nos sentamos a conversar y nos dimos cuenta que puede funcionar si ambos somos honestos de quiénes somos, pero al traer la jaula de castidad y estar al frente, todos se dieron cuenta y no dejaban de mirarme, me gusta, pero me humilla, -lo que sea mejor para ustedes, Daniel, no importan los demás-.

Cuando se retiró Daniel, me puse a investigar a fondo -sin llegar realmente al fondo- de qué iba el asunto.

24 comentarios:

  1. He leído sobre el asunto. Aunque pensaba que se usaba más en el mundo gay. Luego ya he entendí que ciertas parejas lo usan como juego de sumisión o poder, depende. También me han aterrorizado los inconvenientes. Un proceso largo de castidad enjaulada, imagino que meses, te puede generar impotencia o hasta reducción atrófica del genital. Sin contar el tema higiénico. No, thanks.

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    1. El tema es extremadamente amplio, por lo mismo, decir que profundicé sería absurdo, no alcanzas a ver todo lo que se relaciona con una acción, pero está bien si tu balanza se inclina hacia esos caminos.

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  2. Reconozco mi total ignorancia sobre este tema.
    Besos.

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    1. Cuanto más te adentras, más reconoces tu ignorancia. Besos

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  3. Jaulas aparte, las relaciones tienen un territorio de fallas -no de fallos- desde el primer instante. Y es que siempre es un riesgo el suelo que pisamos afectivamente, ¿no? Pero si no pisas no andas ni te asientas ni vuelves a caminar. Como las fallas geológicas las hay en las aproximaciones. ¿Cómo conocer el terreno que pisamos si no lo pisamos? No hay mapas al respecto, o son imprecisos.

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    1. Comunicación y honestidad, supongo que eso ayuda en algo, Fackel, pero sí, es un terreno incierto el que se pisa constantemente cuando hablamos de sentimientos

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  4. "- Qué sabrás tú de mi naturaleza -me ha interrumpido impetuosa-, ¡te vas a enterar de quién soy yo!
    - ¡Wanda!
    - Decídete, ¿quieres someterte incondicionalmente?
    - ¿Y si digo que no?
    - Entonces..."

    (La venus de las pieles, novela de Leopold von Sacher-Masoch)

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    1. Gracias, Fackel, no lo he leído, recuerdo la película, hace tanto ya.

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  5. Ya has investigado más que yo, entonces.

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  6. Ese mundo es muy complejo. Habría que adentrarse más en la historia, y sus pormenores para entender la "jaula de castidad". Un abrazo. Carlos

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    1. Solo por curiosidad, Carlos. Otro para ti

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  7. Un mundo desconocido para mí, en el que tampoco he tenido mucho interés en indagar.
    Besos.

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  8. No me parece que la infidelidad sea una falla o una falta.


    Aparte de eso, lo que contás me resulta un mundo desconocido.
    Abrazo y besos.

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    1. Eso depende de los acuerdos a los que hayan llegado. Para mí, es tu cuerpo y haces y deshaces con él, eso sí, apoyo la comunicación. El otro tema también es desconocido, solo me adentré pero hay tanto, que terminas con más incógnitas. Más para ti

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  9. Las mujeres se fijan más de lo que ellas mismas confiesan fijarse, yo no me pondría una "jaula de castidad" eso debe apretar demasiado en caso de que haya un estímulo cerca ;) El asunto es ese, como un cinturón de castidad, pero aplicado al hombre, aunque si la infidelidad fue de ella, debería ser al revés, no? Al menos las 4 mujeres, o las 5, habrán disfrutado de la vista. Ah, y aquello es disfonía, afonía es cuando te quedas sin poder hablar. Y ya te lo dije antes, eres curiosa Maia.

    Besos dulces y dulce noche.

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    1. Generalizas a las mujeres, DUICE, no sé si aprieta demasiado y nunca podré saberlo. Ahí menciona que la infidelidad es fallo de ambas partes, si les funciona la solución que han dado, quiénes somos nosotros para cuestionar quién ha de ponerse qué. Gracias por la aclaración. Insisto, no sé qué ves de curiosa en mí.

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    2. Es una forma de decir, no se puede dar nombres cuando se habla de un amplio espectro, igual que no todos los hombres actuamos por un molde conductual. Por supuesto no podrás saberlo, me sorprendería si pudieras :) por eso te lo digo yo, duele hasta pensarlo :D Y ciertamente cada pareja soluciona sus asuntos como crea conveniente.

      Un beso dulce más chica curiosa.

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    3. Si no lo has probado¿cómo sabes que duele?, solo puedes especular, ¿no?

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    4. Cuestión de proporciones Maia, cuando algo cambia de tamaño y el recipiente no admite elasticidad, imaginarás lo que pasa.

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    5. Quizás ahí está el placer, en el dolor que provoca.

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    6. También, es una especie de juego perverso, por eso dije lo del estímulo, hay que controlar la excitación llevando una jaula de castidad.

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    7. Ya veo, pues que lo disfrute quien lo use.

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Susúrrame al oído, que mi corazón te escucha