Me paré frente al espejo y sentí vergüenza, mi cuerpo estaba deforme, de la noche a la mañana los pechos habían crecido y me apretaba la ropa, se volvieron rebeldes, dispuestos a salir disparados, por más que lo intentaba no había forma de ocultarlos, el pubis y todo el cuerpo se había empezado a poblar, sentía que era una situación aberrante, las hormonas me tenían vuelta loca; y esa maldita visita mensual que amenazaba mis días por toda la eternidad me estaba torturando; y ese olor peculiar que manaba de mi cuerpo... La nueva situación me turbaba y esto minaba mi seguridad volviéndome vulnerable, eran cambios que no había pedido y me costaba digerirlos, más, sin una guía que me orientara a verlo de forma natural.
Me quité la ropa ajustada y saqué un holgado vestido amarillo, lo empezaba a subir cuando se abrió la puerta, asustada, corrí al extremo izquierdo de la habitación donde la luz era escasa, con mi vestido amarillo a medio subir y el torso descubierto. En un acto reflejo y sin hacer ruido, puse las manos intentando cubriéndome el pecho desnudo, fue un momento en el que el tiempo parecía no correr y lo vi, de pie frente a la puerta, buscando algo con la mirada, de un solo movimiento me restregué contra la pared.
El amigo de mi hermano había llegado un par de semanas antes y desde el primer momento hicimos buena sinergia, me gustó su loca personalidad; y su imagen se quedó tan prendada que no me dejaba dormir, ahora estaba ahí, en la puerta de mi habitación, se quedó unos segundos, se disculpó, cerró la puerta y desapareció.
Nos cruzamos muchos años después -cuando lo vi, él ya tenía familia-, y yo había dejado atrás todo el drama de la inseguridad.
Viví algo parecido. desde el otro lado observador por supuesto. Un vestido amarillo, pechos al descubierto, tal vez el que no pueda dormir hoy sea yo. Me quedo para seguir disfrutando.
ResponderBorrarBesos dulces y dulce fin de semana.
Yo no volví a usar el color amarillo, residuos tal vez de un pequeño trauma, lo intenté pero me genera cierto rechazo. Goza de tus recuerdos y quédate el tiempo que quieras. Otro para ti
BorrarEntonces la inseguridad no ha desaparecido.
BorrarUn beso dulce más y dulce mes.
Alho debió quedar.
BorrarCómo perturba en determinadas circunstancia íntimas una intromisión; sobre todo en el tiempo crucial del alba a la vida.
ResponderBorrarHas dado en el centro de ese momento.
BorrarSentir que te observan es una perturbación que, según cómo lo gestiones, puede tener efectos devastadores.
ResponderBorrarLa sensación se queda, no importa el tiempo que pase.
BorrarSiempre dicen que hay que llamar a la puerta antes de abrirla, pero ¿quién imagina que tras la puerta siempre puede haber alguien? Ambos os lleváis una imagen de aquello. Luego el tiempo demuestra que tampoco era para tanto, o sí.
ResponderBorrarEl tiempo pone todo en su lugar, pero ha de pasar para darnos cuenta.
BorrarCreo que son recuerdos que, de una forma u otra, hemos vivido muchas personas.
ResponderBorrarBesos.
Son cambios inevitables, Noelia. Otro para ti.
BorrarMe has recordado una situación parecida pero al revés...
ResponderBorrarBesos.
Y yo creyendo que a nadie más le sucedía.
BorrarRecuerdos que parecen haberse transformado, ahora que los contás.
ResponderBorrarBesos.
Todo se transforma, hasta nuestros pensamientos. Otro para ti.
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