La desinhibición en el sexo puede dar lugar a que mentes malsanas hagan un juicio con total desconocimiento, llegando a veces a dañar a terceras personas, porque en su mente retorcida, las personas que hablan sobre este tema son promiscuas.
Sentía que no tenía que ir al gimnasio esa mañana pero no podía quedar mal a mi amiga Marcela, la rutina ni siquiera tuvo inicio, pasamos directamente al área de refrigerios, Marcela pidió un jugo rejuvenecedor; yo pedí un jugo de betabel y naranja, . Pasamos la mañana hablando de ella y su marido, sus múltiples aventuras, -de ambos- su falta de atención y su continua decepción.
Observé la insistente mirada de un hombre musculoso, trataba de llamar la atención haciendo sonidos exagerados, bufidos, gruñidos, todo en tono alto, centré mi atención en Marcela, pensando que ese hombre quizás estaba interesado en mi amiga. La conversación se puso intensa, así como el interés del hombre.
Una hora después nos despedimos, Marcela se fue a las duchas y yo me encaminé al estacionamiento, no había ni un alma, el sol a esa hora era abrasador, exhalé mi decepción porque había dejado estacionado mi coche hasta el fondo, caminé de prisa, me ardía la piel bajo los rayos del temido sol.
Todo se volvió extraño cuando una mano poderosa sujetó mi vientre, la otra cubrió parte de mi rostro... el tiempo pasó lento, entre lo real y lo irreal, fue como bajar a lo profundo de las aguas y estar sumergida ahí sin poder respirar.
El proceso ha sido duro, recuperar la confianza y seguridad se ha vuelto complicado... Y entre todo lo terrible, quizás lo fue más enterarme del parentesco que tiene con Manolo...
¿Y en qué parte del mundo onírico de la noche sucedió?
ResponderBorrarPasado el medio día.
BorrarHay monstruos entre nosotros y es imposible estar siempre alerta, sobretodo cuando, como pasa más a menudo de lo que creemos, hay parentescos por medio.
ResponderBorrarAprendes a hacerlo un hábito; y no vuelves a bajar la guardia, aún cuando duermes.
BorrarQuién se tomó tamaña confianza contigo como si de un secuestro se tratara.
ResponderBorrarUn monstruo, como tantos otros.
BorrarMuy angustioso.
ResponderBorrarOjalá no sea real.
Gracias, Toro
BorrarEspero que estés bein y que solo haya sido un susto o todo lo contrario, pero sin miedo, pero escribes de un modo tan "suelto", tan libre que, en este caso no sé si acabó en angustia o en algo placentero. En cualquier caso, no dejes de escribir nunca. Ah, el tal Manolo, "un premio".
ResponderBorrarFeliz martes
No te he comprendido en lo de mi forma de escribir, Enrique. Te aseguro que nada hay placentero en una situación así. Feliz martes.
BorrarAtrapas, esa ,es tu forma de escribir.
BorrarEntiendo que es poco placentero ese momento, pero aquí dejo el relato a un lado y me intereso por tu forma de escribir, repito: atrapas.
BorrarGracias, Enrique, eres muy generoso en tu apreciación.
BorrarTus historias no dejan indiferente a nadie. Y hasta nos dejas entre la duda (que nunca debes responder) de si es ficción o no.
ResponderBorrarMe gusta como cuentas lo sucedido sin detalles y sin embargo nos dejas la imaginación chapoteando en ese entrelíneas, en la seguridad de lo terrible que ha sido lo que se deja entrever.
Te agradezco que lo entiendas, Sergio.
BorrarEstá claro que si hay interés en una mujer, atracción hacia ella, esa no es la forma de seducirla. Diría que el pánico es la reacción más esperable.
ResponderBorrarY si la mujer sabe algo de defensa personal, el de la mala ocurrencia puede terminar en el piso, o con un spray en los ojos.
Besos.
O cargar un taser, medidas preventivas nunca son suficientes. Otro para ti
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