jueves, 30 de marzo de 2023

A la mala

La creencia de mi madre era "cásate joven, -15 años cuando mucho- ten hijos y así crecerán juntos". Para eso tengo a mis hermanos, que los hijos necesitan que crezcas con ellos, pero de otra forma. No hay otra forma de crecer, me decía y yo solo pensaba, ¿Cómo una niña puede educar a otra niña?

Me tocó aprenderlo... A la mala.
Tenía 13 años cuando mi madre llegó con un varoncito, lo puso en mis brazos y me dijo: "Por ser la menor te toca atenderlo, que yo seguiré trabajando". En aquellos tiempos no había móvil, ni internet, tampoco teléfono fijo -estaban a unos días de conectarlo- lo único aprendido era en la escuela o por voz.

Recién salida del hospital mi madre volvió a su trabajo. Ahí me quedé, sin saber qué hacer con un bebé que no dejaba de llorar.

A veces, mi madre se acercaba a casa y desde afuera de la puerta o ventana me daba indicaciones "cambia su pañal" fue una de ellas. La primera vez que lo hice quedé horrorizada, no era algo que hubiese visto o supiera de su existencia. Un alarido inexplicable brotó no sé desde qué parte de mi desconocida existencia; y fue tan lastimero, que mis padres llegaron en un tiempo récord que me pareció eterno; yo tenía las manos cubriendo mis mejillas, los dedos simulando barrotes en mis ojos; y un total descontrol mental por no entender lo que estaba sucediendo.

Mi padre, en un acto reflejo cubrió al bebé en sus partes, mi madre dijo, "es tu prueba de castidad" quedé horrorizada, era una prueba cruel de algo que se pudo evitar. Hubo una breve explicación olvidada; y el día continuó mientras sentía cierto rechazo hacia el sexo opuesto -o sus partes-

Unas horas más tarde le tenía que cambiar el pañal -de nuevo- cuando intenté hacerlo noté que esas pequeñas cosas tenían vida propia, se movían lentamente, subiendo o bajando uno o ambos lados, era aterrador ser espectador de tan infame acto. Lo cubrí como había hecho mi padre horas antes, lo envolví y fui a entregárselo a mi madre "Esta poseído" con el corazón palpitante balbucee apenas audible. 

El tiempo se encargó de hacerme olvidar mi rechazo.

24 comentarios:

  1. Triste relato, no por ello real. Seguro.

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    1. En su momento, ahora deambula solo como un recuerdo

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  2. Qué hace el tiempo sino dejarlo todo claro y en su sitio.

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    1. Madurarnos, con ayuda propia para entender lo que viene

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  3. Los primeros impactos ante una situación novedosa pueden ser desgarradores en la mente de un niño; sobre todo cuando el niño, en este caso niña, que percibe al otro (casi un paquete más que pequeño ser) aún está en camino de saber más de sí mismo. Ah de las vidas propias, cuán impropias se pueden volver, y cuánto mundo natural hay en ellas.

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    1. El hermetismo hace que los impactos se vuelvan desgarradores, no hay un atisbo, una pequeña luz que nos vaya preparando.

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    2. En algunos casos nos pasamos toda la vida tratando de interpretar situaciones de nuestro origen personal; a veces comprendemos que los impactos tampoco fueron un trauma insuperable, aunque en tantos casos nos marcaron. Pero y qué. Somos materia producto de errores y aciertos, unos y otros en tantas ocasiones involuntarios. (Hace tiempo que rechazo complejos y limitaciones)

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    3. Estoy en el proceso, Fackel y me he adaptado muy bien, el tiempo que llevo es relativamente poco

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  4. Inmersa en tu proceso, cualquiera que sea.
    Es, simplemente, la vida en tu propia evolución.
    Puedes ir con ella... O retrasarla.
    Sonrisas, o valle de lágrimas. Entre medias, mil matices!
    Pero en realidad, siempre tú.
    Abrazo Maia.

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    1. Todo es parte de lo que somos, Ernesto, recibiendo y depurando se está bien.
      Abrazo

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  5. A menudo en la infancia está el origen de muchos problemas de adultos.
    Yo tuve que remontarme a los 14 años para entender algunas cosas.
    Besos.

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    1. No se puede culpar a nadie, Toro, incluso los padres van aprendiendo en el camino. Hay puntos específicos a los que hay que volver para entender, pero esos momentos también pueden haberse modificado en nuestra mirada
      Besos

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  6. Todos esos momentos traumáticos se podrían haber evitado con más explicaciones. Por eso en los cines, cuando había películas para adultos dejaban pasar a menores acompañados. Porque un adulto que explica es vital para un niño que no se puede enfrentar solo a lo que sea que la vida le va a tirar al rostro. Otro relato fascinante y trágico pero real. Otro golpe de verdad tuyo.

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    1. Don pasajes de una vida, Sergio, din trauma, solo algo que sucedió, se maduró y se acepta, también se aprende y nos reconduce a hacer las cosas de una manera distinta.

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  7. Lo que impacta de pequeños, puede tardar años en reaparecer.
    Besos.

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    1. Que reaparezca cuando la madurez nos ayude a digerirlo, Alfred
      Besos

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  8. Era la consigna: ahí verás si aprendes o te jodes. Un abrazo. Carlos

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    1. De aprender, se aprende; ya luego y con los medios suficientes te pones a investigar por qué se dan ciertas cosas. Un abrazo

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  9. Por lo que contás, te dejaron una carga incómoda.
    Afortunadamente, pudiste dejar atrás esa aversión.
    Besos.

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    1. La carga incómoda solo duró menos de 5 años, en las últimas fechas no resultó tan incómodo o desagradable, todo lo contrario. Besos

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  10. No pude evitar reír el cómo relatas algo tan cotidiano casi como una tragedia, más tratándose de un bebé, ya si hubiera sido mayor y tu primera vez, pues se entiende algo más esa impresión ante el cuerpo masculino. Y cómo es esa experiencia ahora ante esas "cosas" que tienen vida propia? :)

    Besos dulces Maia.

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    1. Analizando que somos miles y millones de personas vivas, más los fallecidos, a muchos les habrá sucedido, entonces sí lo vería cotidiano, de mi pequeño entorno no me he enterado y me sigo asombrando cuando lo recuerdo: y es que no hubo una preparación, ni por asomo, considero que desde ahí parte el error. Entenderás que eso quedó en el pasado. Otro para ti.

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    2. Creo que a nadie lo preparan para las sorpresas de la vida, las buenas o malas experiencias simplemente ocurren. Aunque leyendo tu última publicación me doy cuenta que de los 13 a los 14 diste un salto en experiencias límites ;)

      Un beso dulce más Maia.

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    3. Bueno, esta también fue una experiencia límite. Otro más.

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Susúrrame al oído, que mi corazón te escucha