sábado, 21 de junio de 2025

Uno más en la familia






Desperté ante la insistencia del vibrador del móvil, eran las 3:49 am, el sueño volvió a vencerme sin enterarme qué estaba sucediendo, pero el móvil no dejaba de vibrar... 

— ¿Cuándo será el día que pueda apagar este dispositivo infernal y dormir una larga y tranquila noche -me dije-. Me incorporé perezosa y empecé a revisar de dónde diantres venía todo el problema... ¡Jo, el grupo vecinal!.

"Son dos hombres intentando acceder a la casa frente al kiosco, mis cámaras están desactivadas y no puedo hablar a seguridad" -y como eco, el resto de los vecinos dijo estar en la misma situación-; y es que, con la prohibición de tener cámaras de seguridad y grabar sin el consentimiento escrito del agresor, las sanciones son altas, las reincidencias más, las personas han optado por ver el delito; y mantenerse al margen.

Encendí el televisor y puse las cámaras, dos hombres golpeaban con mazos la puerta reja de mi casa -que es la de ustedes-, el sonido era intimidante.

Llamé a control de alarmas y pregunté si ya habían enviado a revisar, respondieron que no se activó la alerta en mi domicilio; y no podían prestar auxilio.

— ¿Y qué hago con los dos sujetos que golpean la puerta e intentan entrar?
— Mmm, active manualmente la alarma para enviar seguridad, abra una de las puertas sin quitar la alarma, obvio, que no sea la del problema 
— ¡Obvio!

Bajé y abrí una de las puertas que da al jardín; y la alarma se activó. Me quedé en la sala, encendí las cámaras; y me dispuse a esperar que llegaran. Minutos después estaban patrullando el área, los hombres se habían ocultado en la plaza para después perderse en la oscuridad. Me fue imposible volver a dormir.

Cuando instalaron las cámaras y sensores no existía la puerta reja, al hacer la inspección, el ingeniero me hizo ver que el hueco que había en la puerta principal era un área vulnerable; me instalaron la puerta reja solo que olvidaron poner el sensor.

La mañana siguiente llegó el ingeniero a instalar el sensor y revisar la seguridad, minutos después llegó, Saraí. Se conocieron y estrecharon sus manos; y algo pasó entre ellos, se percibía en la atmósfera -pero eso es otra historia-.

Esa noche hubo reunión de las ocho y MarcosSarai mencionó la situación con los sujetos y yo no quería ahondar en el tema, me dirigí a la cocina, Marcos conmigo..

— ¡Quiero cuidarte!
— Gracias 
— No, hablo en serio, vive conmigo, o yo contigo...

Encendí las cámaras y revisé si no había algún riesgo -siempre lo hago antes de dormir-, de la plaza ví salir una bolita que caminó hasta la cochera. — ¿Por qué camina?, ¿por qué no está durmiendo?, bajé y abrí la cochera, me puse detrás e intentaba que entrara, el pajarito se asustó y se dirigió a la puerta reja, cerré la cochera y abrí la puerta, ví venir un gato negro, el pajarito aleteó y se atoró en la puerta, lo empujé hacia adentro y espanté al gato, pero éste insistía en regresar, -lo hizo toda la noche- el pajarito se escondió en algún lugar de la cochera, le acerqué agua, trocitos de pan pita, ensaladita de lechuga, zanahoria, garbanzos, nuez; y lo dejé dormir -donde sea que se haya ocultado-.


A la mañana siguiente abrí la puerta hacia el jardín y tomé un Uber para ir a trabajar, -no queria asustar al  pajarito-. 

Al volver me di cuenta que el pajarito se instaló en el jardín, ahora lo recorre con total seguridad, espanta al resto de los pajaritos que se acercan y cuando tiene hambre va y picotea alguna de las puertas; y solo quiere zanahoria picada muy fina.

No busco domesticarlo, por lo mismo intento poner comida en distintos lugares del jardín; y él insiste en comer solo la que pongo afuera de la puerta, sigue a todos y se coloca al lado o sobre el respaldo cuando se sientan, menos conmigo que lo hago dormir en el baño del jardín desde que merodea las noches el gato negro, me ha perdido la confianza.

Lo está atendiendo, Sarai y su ala se está recuperando; y su deseo de volar, al parecer, va desapareciendo.

¡Acompáñame!

Té, café, bollitos de queso feta, ensaladita; y lo que apetezcas en la mesita de arrimo.




5 comentarios:

  1. Una entrada con varios sucesos.
    Es de no creer lo que contás primero. Parece que las reglas, como las cuestiones técnicas, están a favor de la seguridad y en contra de quienes podrían necesitar protección. Y hay que recurrir a los grupos de Whatsaapp.

    Por lo menos, sirvió para que Sarai tuviera una química con el técnico.

    En lo tercero que contás, los gatos pueden ser muy molestos. Pero al entender al pajarito, Sarai demuestra su vocación como veterinaria. Si está leyendo, felicitaciones para ella.
    Besos.

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  2. ¡Haha! también me hice amigo de un pajarito que me saludó con la alita, después me lo volví a cruzar y no se asustó, qué bonito carajo, qué bonita entrada.

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  3. Anónimo21/6/25

    y qué respondes a marcos, cosa guapa, no podré dormir hasta que respondas
    ismael

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  4. una vez cruzando la pista y llegando a la acera me encontré con una cuculí adulta que estaba picoteando insistentemente a un polluelo un poco grande de cuculí. ¡era todo un bulling plumífero en regla! al abusador lo espanté de un grito mientras el polluelo agazapado contra la pared me miraba todo desconfiado. tras esto me fui pensando en qué más podría haber hecho por la seguridad de aquel polluelo.

    a veces me he encontrado con caracoles en plena acera a los que he levantado y colocado en el grass para su propia seguridad; pero, ¿cómo ayudar a un polluelo de cuculí? lo único que deseé fue que pudiera volar por sí mismo para alejarse de algún otro cuculí abusador y de algún depredador tanto canino como gatuno que le hiciera un daño mortal.

    en cuanto a tus problemas de seguridad yo te aconsejo que tengas apuntado el número de tu comisaría, serenazgo o establecimiento policial más cercano para que te protejan de cualquier vándalo.

    una autoridad que resguarda la seguridad de la población no pueden actuar de manera negligente ante el pedido de ayuda o socorro de la población. si el sistema no funciona, los vecinos deben de denunciar a la prensa de lo que está pasando. no tienen que esperar que haya un muerto para recién actuar y arreglar las cosas.

    café y queso feta, por favor.

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  5. Yo he encontrado pajaritos heridos, pero nunca he logrado sanarlos, uno incluso murió en mis manos :( Espero que el pajarito vuele y que todo esté bien por allí, sobre todo tu familia.

    Besos dulces Maia y dulce fin de semana.

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Susúrrame al oído, que mi corazón te escucha.