— ¿Te gusta el restaurante, Maia?
— Sí, es diferente
— Y coincide con tu nombre, así, al natural
— ¿A qué viene eso?
— Me gusta que una escuálida letra cambia el sentido de todo; y Maia, tiene atención especial para veganos, vegetarianos, keto, low carb; y algunas más
Me quedé observándolo, es un lugar acogedor e íntimo, cuelgan de sus paredes cuadros representativos de la civilización Maya, al igual que figurillas ocupado los distintos rincones.
— ¿Y qué celebramos?
— Te lo cuento después
— Bien, Marcos, el lugar es interesante, están acaparando a todos los -in-deseables
— Jajaja; y los que hagan falta, querida amiga, todas, todos, todes; y los demás son bienvenidos, por cierto, ¿mencioné que las bebidas son espectaculares?, podrás pedir cualquiera con los ojos cerrados y no te decepcionaría.
— ¿Qué me dices de la comida, algo que me recomiendes?
— Vamos, Maia, tú eres mi carta más fuerte, tendrás que decirme cómo ves el menú
Al terminar me ofreció un cuadernillo y un bolígrafo, pensé en mentir, pero también en la confianza que estaba depositando en mí. La comida era deliciosa, pero las porciones extremas e interminables, observé a los demás comensales y en cada mesa había una proporción exagerada de restos de comida...
A qué niño no le dijo su madre -Quiero el plato limpio-, -No te levantarás de la mesa hasta que hayas terminado-, -Hay muchos niños que no tienen qué comer y tú desperdiciando-, -Tu padre trabaja de sol a sol para llenar tu plato-, -Te acabas todo-, -Me pasé horas cocinando para que tú lo dejes-, -Si me quisieras un poco te comerás todo lo que te sirva- ... Y así, infinidad de frases características de las madres que fui recolectando en las visitas a casa de mis amigos a lo largo del tiempo.
Mi madre era incapaz -conscientemente- de obligarnos a algo y solo me/nos decía -No tengas en cuenta el esfuerzo que hago en trabajar y atenderlos, come lo que puedas-; y ahí resumía las frases de todas las madres...
Seguía con el cuadernillo y el bolígrafo en la mano y solo me puse a escribir...
-Quizás solo hacer una acotación en el menú "Porciones para compartir"- ...
Jeje, para salir rodando, eres el crush de marcos, cosa guapa?
ResponderBorrarAlgo así ¿Ismael?
BorrarJa, soy la amiga de, Marcos
Otras veces Ismaela cosa guapa jeje
BorrarEntiendo, pues ya me dices en el momento cómo te llame.
Borrarno sé... aunque debe de haber, nunca he visto en lima un lugar para veganos o vegetarianos; por otra parte, para el peruano no hay nada mejor que su comida -por muy grasosa, pesada y elaborada que sea- y sufre mucho cuando viaja al exterior por este motivo.
ResponderBorrary eso sí, con nosotros no va aquello de porciones mínimas y costosas, por muy gourmet que sea. somos groseros para comer.
Según lo leído, DRACO, Perú es el país con mayor número de platos típicos, muchas sopas y más de 200 postres típicos. Con esas cifras entiendo tu comentario y el gusto que tienen por su gastronomía .
BorrarSucede que este es un restaurante diferente, como ejemplo, para una persona keto las porciones son medidas, igual para low carb; y cuando se habla de veganos -casi- quedas oculta detrás del platón -batea- de vegetales que creen que debes consumir.
Creo que en cuestión de gastronomía hay para todos los gustos, tanto como restaurants de abundante comida como aquellos selectivos. Todo dependerá de lo que se quiera ofrecer.
ResponderBorrarBesos dulces y dulce semana.
Depende de tus gustos es lo que buscas, este lugar se especializa en ciertas personas; y la comida debe ser proporcional a esas características.
BorrarOtro para ti.
Es lo que he dicho, cada sitio tendrá lo que su mercado objetivo demande.
BorrarOtro beso dulce proporcional para ti.
Ja
BorrarSí, es lo que he reafirmado
¿Proporcional?
Así es, proporcional a tus características ;)
BorrarJa
BorrarPues ya las sabes al leer mi publicación.
Lo sé, por eso aquello de otro para ti, ya con un beso te pasas de la dieta :)
BorrarO menos...
BorrarCon menos desapareces niña :)
BorrarNo creas, me defiendo bien.
BorrarBarrio, persona, persona, barrio, y viceversa.
ResponderBorrarHoy toca profundidad...
Abrazos Maia.
Me gusta tu especial atención en los encabezados, Ernesto.
BorrarHoy toca...
Abrazo, Ernesto.
Siempre intento pedir porciones a la sque me pueda enfrentar. Aquí en España hace tiempo que se está concienciando bastante con el desperdicio de comida. Ahora los papás que te dicen que no hay que tirar comida son las autoridades. Han salido aplicaciones para comprar a precio reducido esa comida que les sobra a los restaurantes y van a tirar. Para que no se desperdicie ni una migaja. Al parecer nuestros padres tenían razón. Comida desperdiciada... mal, muy mal.
ResponderBorrarEse restaurante tuyo no sé, tal vez con tu sugerencia de compartir estaría bien. ¿Y de calidad, qué tal?
Por acá hay un restaurante que existe desde que tengo memoria y desde aquel entonces, la comida y panes que no vendían los llevaban a los presos.
BorrarEso o reducir las porciones. Hubo un tiempo que dentro del menú estaba la opción -Él y Ella- pero con toda esa inconformidad por el hecho de definir roles fue desapareciendo.
La calidad de primera, Sergio
En comer, cierto hay gustos y refinamientos. Personalmente mi estómago no pone reparos ni a carnes ni verduras. Omnívoro desde la cuna. Y disfruto los asaítos culturales con mis amigos, con mi guitarra mis cantautorías y buen "amarillo". Me llamó la atención el tópico de los padres obligándonos de niños a una cocina de vómito. Por ejemplo esa sopa de mazamorra dulce, que sólo nos entraba por la correa en mano de mi padre. Más tarde la taza del inodoro era testigo de nuestras bascas. Un abrazo. Carlos
ResponderBorrarEsos asaítos cautivan, Carlos.
BorrarMi abuela servía la misma porción a los adultos y niños; y si llegabas a decir que ya no podías, volvía a rellenar tu plato; y se quedaba de pie, mirándote fijamente hasta que terminabas; y tan pasada que apenas podías caminar, siendo niña era horrible esa situación .
Otro para ti.
O comes eso o te vas a la cama ahora mismo...O te lo comes o no hay juego...Si no te lo comes no hay otra cosa...Mira cómo come tu hermano...O lo comes o no hay postre...Si no te lo comes todo no te harás mayor...etcétera. Frases lapidarias que acaso nos hicieron odiar algún que otro plato.
ResponderBorrarEs posible, Fackel, o al menos el recuerdo quedó indeleble, me sucede con algunos platillos que me remontan a cierto momento.
BorrarTu inteligencia redactora queda perfectamente reflejada con esa frase final, Maia.
ResponderBorrarSiempre sorprendente, siempre atractiva la lectura de tus publicaciones.
Gracias, Enrique, insisto que eres muy generoso conmigo.
BorrarEs notable que Marcos tuvo en cuenta tu condición de vegana. Lo que suelen no hacer tus amigas.
ResponderBorrarEs una buena idea lo de acotar platos para compartir.
Como vegana. ¿cuál es la comida que te resulta una tentación, que comerias en abundancia?
Besos.
Con él presente yo la paso bien, se asegura que sea algo que puedo consumir.
BorrarSí, las porciones son diferentes para este grupo de personas.
Mmm, quizás un cheesecake con nuez y una bola de helado de vainilla, o un fundidito de queso, Demiurgo
De pequeños nos atiborraban de comida... también es cierto es que la generación anterior pasó muchas dificultades.
ResponderBorrarBesos.
Por supuesto, TORO.
BorrarOtro para ti.
Bien has relatado la retahila famosa de las madres, que siguen en la memoria. Nunca se las he dicho a mis hijos. Como de todo Maia y cuando vamos fuera , solemos compartir platos. Marcos acertó con el lugar.
ResponderBorrarBuena semana.
Un abrazo.
Hac s bien, hay cosas que deberían quedar solo en el recuerdo. Comer de todo hace una buena dieta y facilita todo.
BorrarMarcos es un buen chico.
Buena semana
Un abrazo.
Incluso luego de cambiar la esencia vuelve a aflorar...
ResponderBorrarAbrazo hasta allá.
Es así, Carlos
BorrarOtro para ti.
Mi mamá no se complicaba la vida, por lo menos en esto: cuando no queriamos comer más, guardaba el plato tal como estaba y cuando nos volvía el hambre, nos volvía a servir el mismo plato. Y súmale que dábamos las gracias a Dios antes de empezar. Desde mi visión de mundo, eran días amables.
ResponderBorrarVa un abrazo, Maia.
Sí, también conocí mamás así, no querían o no terminan su desayuno, pues a la comida o cena; y hasta que lo terminaban. Es una buena tradición. Me alegran tus días amables, Julio David.
BorrarOtro para ti.
Perdón por el borrón de abajo... leí las dos entradas, comenté seguido en Word y luego me confundí de piso al pegarlo jaja te lo dejo aquí ...
ResponderBorrarjaja eso de las porciones inmeeensas e inasumibles sucede cuando vamos a comer a Portugal – muy a menudo porque vivo pegadita- pero ya sabes que lo que en otro lugar debes pedir dos raciones, ahí media, de hecho en mucho lugares ya lo tienen así hasta en la carta, además yo soy de poco comer, a veces sólo de ver tanta comida me sacio jajaja cuando era peque en mi casa o te comías lo que te servían o no podías levantarte, no había amenazas, ni chantajes emocionales, ni victimismo, era sencillo y todos lo sabíamos, por pura disciplina, lo que te sirven te lo comes, te guste o no.. llegué a estar cinco y seis horas a la mesa, hasta que finalmente mi madre se apiadaba, el estricto eras mi padre : )
Un beso, rico rico rico pero sin pasarse de tamaño : )
PD. Lo que no he entendido es el título, creí que iba a tratarse de alguien muy borrico jajaja vamos, en el sentido de que aunque vistas a la mona de seda, mona se queda y no.. ¿ ..?
María, cinco o seis horas a la mesa sin levantarte hasta terminar, la generación actual diría que es violencia; ya sabes, así nuestra juventud.
BorrarEn casa mi padre era el flexible .
Con el título me refería a que puedes cambiar mucho en el recorrido por la vida, pero siempre algo te regresa sl origen, en este caso al no desperdicio; yo lo que hago es colocar la comida sl centro de la mesa y cada cual se sieve lo que guste y come hasta donde se sienta satisfecho.
Un beso de regreso, María
BorrarLo que no comes en el lugar te lo llevas a tu casa, en muchos lugares hacen eso. Yo lo hago cuando salgo a comer solo, que son todas las veces.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Pd. Le faltó la comida macrobiótica...
Es una opción, J.
ResponderBorrarHubo un tiempo que los restaurantes tenían la opción para él y ella, las porciones eran más racionales.