Mi mirada asciende en la parte izquierda de la pantalla, se detiene en la hora, son las diez con catorce minutos, analizo el último mensaje, me detengo; y me cuestiono (como siempre) si es viable bromearlo un poco, o me limito por su sobriedad, luego recuerdo su suavidad y su forma de tratarme y respondo a su mensaje jugando un poco con las palabras, su respuesta me hace sentir que está relajado... y tanto.
Me acerco al rojo sofá, me envuelvo con los cojines y me dejo ir, coloco los pulgares en el teclado del móvil, a punto de escribir los observo, recuerdo cuando por descuido conoció este dedo que es el más regordete del resto (al igual que su vecino de la otra mano); y cómo lo detalló... Su delicadeza para detectar esas pequeñas cosas que se me escapan lo vuelve enternecedor y peligroso.
Respondo a su siguiente mensaje, incluso ahora que lo he enviado no puedo detener las dudas, me pregunto por qué me siento vinculada con el hombre enigmático, por qué, a la vez me asusta y me provoca, por qué parece tan lejano y conmigo mantiene una vía de comunicación intacta; y tan estrecha. Le he mencionado que no puedo dormir.
¿Quieres que vaya a ayudarte?... su mensaje tarda casi un minuto en iluminar la ventana de la conversación. Sé que está sonriendo, (lo percibo) y le devuelvo la sonrisa, desde el móvil puedo notar su respiración elevándose; y el corazón latiendo contra sus costillas... tan fuerte.
En la mesita de arrimo hay dos copas; y dos botellas, una de vino tinto para él y para mí una botella de agua... Y el rojo sofá aguardando su llegada.
y si él es el hombre enigmático para ti, ¿qué piensas que eres tú para él?
ResponderBorrarNo lo sé, DRACO, te debo la respuesta.
ResponderBorrarLo enigmático siempre atrae, más cuando conlleva un juego cómplice. Aunque debo reconocer que luego de ese coqueteo y de lo que se desliza en tus palabras, esperaba algo más que el sofá.
ResponderBorrarBesos dulces Maia y dulce noche.
Oye, que en ocasiones lo he llevado directo a la habitación, pero a veces se antoja crear una atmósfera previa a... que no siempre va el "aquí te pillo..." Buenas noches, DUICE
BorrarTambién puede haber atmósfera previa en la habitación y un "aquí te pillo" en el sofá. Cuestión de momentos.
BorrarUn beso dulce más.
No desmerites al sofá rojo, que tiene su aquel; y tan cómodo
BorrarPrecisamente por eso lo digo, por todo lo que ese cómodo sofá rojo puede ofrecer ;)
BorrarPues ya ni entendí, ahora deberás traducirlo para mí.
Borrar¿Condiciona la cosa el color rojo o puede ser de un verde pistacho?
BorrarChao Maia.
O negro, Ernesto, el rojo porque es el que tengo. Chao, Ernesto.
BorrarHermoso relato, me encanta eso, que percibas si la otra persona sonríe o no.... no poseo ese poder.
ResponderBorrarOjalá la percepción fuera una certeza y no solo el deseo de creer que algo está sucediendo, José Casagrande
BorrarCreo que la percepción es el paso previo a la certeza!
BorrarEso me ha gustado, Ernesto.
BorrarEl rojo sofá podrá disimular cuando se ruborice...
ResponderBorrarBesos.
Ojalá yo también pudiera, TORO
BorrarSupongo que menos dormir, haréis de todo.:)
ResponderBorrarTambién hay que dormir, o dormitar; y recuperar fuerzas, Cabrónidas.
BorrarTal vez lo enigmático no tenga por qué ser peligroso.
ResponderBorrarEl peligro está en lo que provoca, Fackel
BorrarEnigmático personaje y un relato para disfrutarlo aún y sin saber el final que se adivina, Maia.
ResponderBorrarEscribes de maravilla.
Feliz noche.
Lo es, Enrique. Qué mejor que dejar un final abierto a libre desenlace personal, ¿No?. Gracias, Enrique. Feliz noche
BorrarLo del libre desenlace me encanta, muy atractiva tu forma de escribir, dejas espacios para la imaginación y eso atrae.
BorrarMe honras, Enrique. Gracias.
BorrarLo que encuentro de "rojo subido" es todo el tema que aquí se desarrolla. Comentarios incluidos.
ResponderBorrar"...dormitar; y recuperar fuerzas,"
Lo he vuelto a leer para ver dónde me he excedido, ¿Te ha parecido subido de tono el texto, Ernesto?. Feliz día.
BorrarNo creo que en ti, en realidad, haya nada que pueda denominarse "excedido". :))))))
ResponderBorrarLo que es natural en una no requiere más adjetivo.
Bien, espero no haberte incomodado, ¿si?. Que tu día sea espléndido, Ernesto.
BorrarEn absoluto amiga!
ResponderBorrarY ya que empleas la palabra "in-comodado, :)))))) la sustituyo por a-comodado...
En ese sofá rojo que tantas vivencias comparte.
Precioso día para ti también.
En ese sofá rojo, un té verde para ti, Ernesto; y gracias.
BorrarBuena memoria por lo del té verde. Tengo dos tazas, ya vaciás, sobre la mesa...
ResponderBorrarBueno, acá te espera una tercera taza con humeante té.
BorrarMuchas gracias Maia.
ResponderBorrarA ti, disfruta tu día, Ernesto.
BorrarMaravillosa forma de describir cómo "sabes" lo que el otro hace o siente al otro lado. Cómo tu intuición trasciende la frialdad de la tecnología. Pequeñas señales en una pantalla como lo que dice, lo que calla o lo que sugiere efectivamente nos pueden dar esa intuición. Pero también hay que tener cierta sensibilidad para percibirlas.
ResponderBorrarTodo dice algo, hasta los pequeños silencios, Sergio, sensibilidad para percibirlas pero también para transmitirlas, eso creo.
BorrarCreo entender el significado de esa imagen a la izquierda. O tal lo imagino. Aue el mueble es el sofá rojo. Y vos, como una mujer dibujada por Horacio Altuna.
ResponderBorrarInteresante lo que contás sobre ru intuición. Besos.
Bonita imaginación la tuya, Demiurgo. Otro para ti.
BorrarEntenderse y conocerse no siempre es fácil.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Es un proceso lento y continuo, J.
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