Alta, de largas piernas, busto generoso, melena corta y ondulada, piel blanca como papel, cocinaba deliciosamente, una habilidad que mi padre heredó -cuando lo hacía-, fuerte, resolutiva, abnegada, un ejemplo a seguir -decia mi padre-.
Era escucha, observadora, callada, fría y de mirada inquisidora, despertaba antes del alba; y a las siete ya tenía todo en orden, la casa limpia, ropa lavada, la anterior planchada y acomodada, ¿en qué momento entraba en las habitaciones a acomodar las prendas sin ser detectada?, nunca lo supe, a esa hora el desayuno humeaba listo para ser devorado. Su agudeza era temeraria; y cuando la comunicaba, nadie en la familia la cuestionaba.
Ángela María llegó a mi vida dos años antes, para esas fechas yo andaría por los trece años, ella estaba por cumplir sus veintiséis, trabajaba de día y estudiaba nocturna, no recuerdo en qué momento la conocí, pero desde el inicio la amistad se sucedió espontánea. Hacíamos pijamada, desayunaba o comía en casa, sus visitas eran diarias.
Una tarde de domingo que sabía que estaría allí, Ángela María fue a visitarme a casa de la abuela, lejana, aún imperceptible, la abuela con su vista de águila la vio venir por ese basto despoblado que rodeaba su casa, entró y reprendió a mi madre, — ¡María!, ¿cómo es posible que permitas la amistad de tu hija con una desviada?, corta esto de inmediato si no quieres que te acuse con mi hijo.
A la abuela no se le cuestionaba, Mamá me negó y desde ese momento la amistad se fue quebrando, -un año después la abuela murió-. Luego de muchas súplicas, Ángela María nos siguió visitando, quiero suponer que nunca se enteró.
— El dolor se está volviendo insoportable, Chabelita, creo que es un cólico renal como el anterior, ¿puedes venir a arreglarme?, tengo noche familiar de fin de año
— Vente al hospital que tengo guardia, Maia, aquí lo resolvemos
Sarita me acompañó y entramos por urgencias, Chabela ya me esperaba, le dio indicaciones a la enfermera y dijo que volvería porque tenía un infartado. La enfermera se acercó, tocó mi vientre y me sonrió
— ¿Duele mucho, Maia?
— Intensamente, pero no en el vientre
— Lo sé, en un momento te arreglo. A ver, Maia, esta inyección duele como patada de mula, decide, ¿te la pongo de pie o acostada?, el dolor quizás sea equiparable con el que sientes ahora, pero será momentáneo, bueno, no tanto, durará unos minutos
— Vaya, prefiero de pie
Rocío, la enfermera, preparó todo, se acercó y se quedó observando
— Niña, que no te has bajado el pantalón
— Bájelo hasta donde considere, por favor, que me estoy quebrando
— Tranquila, va a pasar, te lo bajaré a media nalga, naa, mejor completo, así tendré una visión más amplia
Rocío puso la inyección y casi de inmediato sentí su recorrido; y en ese momento entendí por qué había dicho que duele como patada de mula. El dolor fue remitiendo -ambos- y es cuando me di cuenta que la mano de Rocío seguía empalmada en mi trasero
— Ya está pasando, Rocío, gracias
— No corre prisa, niña, cómo soltarte si tienes un bonito trasero, debí darte una nalgadita antes de aplicarte la inyección
Frente a mí, Sarita sonreía maliciosa
¡Acompáñame!
Hay té, café y galletitas en la mesita de arrimo
P.D. Ángela María se casó y tuvo tres hijos, actualmente vive con, Laura, su segundo matrimonio y el amor de su vida, -enlasierradenomeacuerdo-; y gracias a las redes seguimos tan amigas.
Las verdaderas amistades no conocen condicionantes. Yo una vez tuve un cólico intestinal, dicen que los dolores de ese tipo de cólico son iguales a los dolores de parto, no puedo saberlo, pero dolía fortísimo. Veo que sigues tus tradiciones aún en fin de año.
ResponderBorrarBesos dulces chica de bonito trasero.
Hubo cambio de planes y lo pasé en familia, pero tranquilo, no hubo bajas.
BorrarOtro para ti.
Y que estés pasando un Feliz día de Reyes Mi niña. Te dejo más besos como regalo.
Borrarsi un enfermero hubiera hecho y dicho lo de la enfermera rocío, se ganaría una denuncia por acoso sexual y mala praxis profesional.
ResponderBorrarun café, por favor.
Por supuesto, pero las condiciones no eran propicias, además, creo algo hay con, Chabelita y no sé trata de arruinarle lo que sea que exista.
BorrarCafé para ambos, DRACO
jaja creo q estoy empanada porque la primera parte no la entendí : ) Lo q creo q sí entendí es q tu madre se llamaba como yo y tenías una abuela un poco bicho ¿Qué le importará a la gente la vida de los demás ? pero claro, eran otras mentalidades las de las abuelas ...Se pasó el cólico del todo ? creo q el dolor es insoportable ...espero q no regrese...un besito para ti y un té verde para mí...gracias MAIA ; )
ResponderBorrarSiento que vivimos cíclicamente, no a detalle, pero mucho de lo que se sucede vuelve a repetir, por eso mi loca mente enlaza la vivencia actual con una pasada, es como la unión de dos tiempos, no hagas mucho caso, manías mías.
BorrarNo debería importar pero, pasa el tiempo y seguimos estancados en prejuicios y creernos mejor que los demás.
El cólico ya fue, esas inyecciones son maravillosas, también lo espero, María, por cierto, mi madre, mi abuela y mi amiga fueron las tres Marías, cuatro contigo.
Té para ambas, amiga, un besito
Yo tuve una abuela que no era de fiar.
ResponderBorrarLa otra, sí.
La que no era de fiar legó genes a familiares peligrosos.
El mundo es una locura.
Me sucedió igual que a ti, TORO
BorrarLo es
Café con galletitas.
ResponderBorrarPor tu descripción, Angela María es deslumbrante y también emprendedora, con una fuerza de voluntad destacada. Comparable a los personajes femeninos del Mara Verso.
Y también por lo que contás, una profesional médica, muy certera en sus diagnósticos. Muy responsable con sus pacientes.
He leído sobre Sarita. Es alocada como tus otras amigas, pero no necesariamente mala observadora. ¿La enfermera Rocío justificaba una mirada maliciosa o sólo intentaba relajarte?
Que bien que Angela María viva con el amor de su vida. Es todo un gran logro. Y que sigas conectada con ella mediante redes sociales, que son un gran invento.
Que tengas un muy feliz año. Besos.
Por supuesto, Demiurgo, te acompaño con un té.
BorrarBueno, no, esa era la abuela, María
La médica y una buena amiga es Chabelita.
Sarita va a su aire,; y si, es observadora y alocada, Sarita es la que me miraba.
Es la única forma que podemos comunicarnos, Ángela María vive muy lejos y de complicado acceso.
Feliz año, Demiurgo. Otro para tí.
y vos te parecés a la abuela?, me refiero al físico que a lo demás está visto que no
ResponderBorrara veces parecés tan longeva, otras solo una mina, me tenés confundido, no se si lanzarme o besarte la frente, cosa guapa
ismael
Tan joven como desees y tan longeva como imagines, ismael
Borrar¿Ángela María no es una exclamación coloquial. sin más?
ResponderBorrarA la que pareces haberle dado vida con dimes y diretes...
No teníamos bastante con el "Acompáñame", "arrimo", "joven como desees", "galletitas", etc., sino que ahora le sumamos eso de "chica de bonito trasero"... :))))))
¡No digo nada más!
¿Cabe un abrazo, casto para más señas?
:)))))))
Ángela María es una amiga de la infancia; y si recuerdo bien también una expresión tuya.
Borrar¿Cómo llamas a la mesita que va y viene contigo por toda la casa?
Esa enfermera quizás estaba cansada, o aburrida.
Cabe y se recibe con agrado, Ernesto
Otro para ti.
¡Ah! ¿Es una mesita que no sabe estarse quieta?... ¡Vaya!
BorrarBuena memoria, sí. Ángela María casi siempre va conmigo... a todas partes. :))))))
Ja
BorrarAsí es, Ernesto, es una chica inadaptada
No la apartes de ti, ella feliz c:
Algunos pensamientos de algunas abuelas estremecen más que ver a Art el payaso en plena acción.
ResponderBorrarY cómo negarlo, Cabrónidas
BorrarBueno, solo
ResponderBorrarespero que
estés bien,
y que te
toque el
culo, el
que tu
quieras,
que para
deseos
de tocar ,
está la
lotería.
Estoy bien, Orlando
BorrarJa, no lo dudes
Feliz año, amiga. Mejor Muy Feliz!!
ResponderBorrarAbrazo hasta vos!!