miércoles, 22 de enero de 2025

El té puede esperar...



— Maia, querida mía, ¿cómo estás?
— Mmm, bien 
— Amiga, andamos cerca de tu casa, pásame tu ubicación para llegar a visitarte; y hablar 
— No estoy en casa
— ¿A qué hora estarás?
— ¿De qué quieres hablarme?
— Ah, nada en concreto, amiga, solo para ponernos al día con las novedades; y saber de mi queridísimo, Jerónimo 
— ¿Jerónimo?
— ¡Sí!
— ¿Por qué quieres grabar la conversación?
— Ay, no, ¿cómo crees?
— No creo, el móvil me está pidiendo autorización 
— Ay, no, le habrás movido a algo, ¿cuándo pasamos por tu casa?
— ¿Me has puesto en altavoz?
— Ay, no, eres muy melindrosa
— Si no te aclaras tendré que colgar 
— Amiga, queremos visitarte en tu casa, tenemos un asunto pendiente 
— ¿Queremos?, ¿quiénes?, ¿qué asunto?
— Soy Verónica, la esposa de, Joel, amigos de Innombrable; y por supuesto tuyos; y dueños de, Jerónimo; y queremos hablarte de él; y de paso verlo
— ¿Quién es, Jerónimo?
— El perro que te llevaste aquella navidad 
— ¿Me llamas ladrona?
Maia, ¡claro que no!. Te cuento: nuestra hija acababa de adoptar -en realidad lo compró pero ya no está permitido decir eso y ahora todo son adopciones-, un cachorro que tenía mes y medio, Jerónimo,  ella decidió tomarse un año sabático de los estudios, -que por las fechas fue año y medio-, se fue de trotamundos y lo dejó a nuestro cuidado, ahora ella ha decidido volver, nos envió a mi esposo y a mí una foto de ella con, Jerónimo y está emocionada de volver a verlo; y como tú ya lo has tenido mucho tiempo queremos que nos lo regreses
— ¡NO!
—  Sabes que mi marido es abogado, ¿no?; y si, es una amenaza 
— ¡No vuelvas a llamar!

¿Escuchaste eso, Gurrumino?, eres mi familia y no te llevarán, ¿necesitamos asesoría legal?, ¿qué piensas?, Gurtumino baja sus orejitas, coloca nuevamente la cabeza en la almohada y vuelve a dormir. 

Hoy estamos a puerta cerrada, con, Gurtumino y dos visitas inesperadas que juntos hacen un cóctel extremo, -covid e influenza-. El té -y lo demás-tendrá que esperar...




lunes, 13 de enero de 2025

Ofrenda de paz

Fue la primera vez que un desacuerdo nos distanció, ni su paciencia, ni mi tolerancia fueron suficientes para mediar ante un problema que nos había superado; y la amistad de tantos años se volvió humo. 

— ¡No quiero saber más de ti!, fue lo último que me dijo, se levantó y salio de la oficina, pasaron los meses y su ausencia se sintió rutina. Dejé de preguntar por ella a los amigos mutuos, a veces alguno de ellos me enviaba una fotografía de la preciosa, Ninna.

Este fin de semana me entró un mensaje 

Maia, disculpa mi reacción de aquellos meses atrás, más que molesta estaba asustada, creí que disolver nuestra sociedad acabaría con nuestra amistad; y fui yo quien la terminó Como ofrenda de paz te envío el calendario 2025 de PLAYBOY, sé que te gustará.  

P.D: Me he enterado de la reunioncita de esta noche para romper la preciosa piñata que llevó para navidad, Sarai, te aviso que me he autoinvitado y llegaré a las seis.
Marce.
— Hay mucho por contar y escuchar, pásate a las cinco, tengo enfriando un cola de mono que sé que te encanta 
— ¿Cola de mono?, amiga, voy para allá...

¡Acompáñanos!
Té, Café, Chocolate, Cola de mono, galletitas y lo que apetezcas -estamos celebrando-.


Calendario 2025 de PLAYBOY




sábado, 4 de enero de 2025

“Lejos en la distancia sus ojos siguen mirando”

Alta, de largas piernas, busto generoso, melena corta y ondulada, piel blanca como papel, cocinaba deliciosamente, una habilidad que mi padre heredó -cuando lo hacía-, fuerte, resolutiva, abnegada, un ejemplo a seguir -decia mi padre-.

Era escucha, observadora, callada, fría y de mirada inquisidora, despertaba antes del alba; y a las siete ya tenía todo en orden, la casa limpia, ropa lavada, la anterior planchada y acomodada, ¿en qué momento entraba en las habitaciones a acomodar las prendas sin ser detectada?, nunca lo supe, a esa hora el desayuno humeaba listo para ser devorado. Su agudeza era temeraria; y cuando la comunicaba, nadie en la familia la cuestionaba.

Ángela María llegó a mi vida dos años antes, para esas fechas yo andaría por los trece años, ella estaba por cumplir sus veintiséis, trabajaba de día y estudiaba nocturna, no recuerdo en qué momento la conocí, pero desde el inicio la amistad se sucedió espontánea. Hacíamos pijamada, desayunaba o comía en casa, sus visitas eran diarias.

Una tarde de domingo que sabía que estaría allí, Ángela María fue a visitarme a casa de la abuela, lejana, aún imperceptible, la abuela con su vista de águila la vio venir por ese basto despoblado que rodeaba su casa, entró y reprendió a mi madre, — ¡María!, ¿cómo es posible que permitas la amistad de tu hija con una desviada?, corta esto de inmediato si no quieres que te acuse con mi hijo.

A la abuela no se le cuestionaba, Mamá me negó y desde ese momento la amistad se fue quebrando, -un año después la abuela murió-. Luego de muchas súplicas, Ángela María nos siguió visitando, quiero suponer que nunca se enteró.

— El dolor se está volviendo insoportable, Chabelita, creo que es un cólico renal como el anterior, ¿puedes venir a arreglarme?, tengo noche familiar de fin de año 
— Vente al hospital que tengo guardia, Maia, aquí lo resolvemos

Sarita me acompañó y entramos por urgencias, Chabela ya me esperaba, le dio indicaciones a la enfermera y dijo que volvería porque tenía un infartado. La enfermera se acercó, tocó mi vientre y me sonrió 

— ¿Duele mucho, Maia?
— Intensamente, pero no en el vientre
— Lo sé, en un momento te arreglo. A ver, Maia, esta inyección duele como patada de mula, decide, ¿te la pongo de pie o acostada?, el dolor quizás sea equiparable con el que sientes ahora, pero será momentáneo, bueno, no tanto, durará unos minutos 
— Vaya, prefiero de pie

Rocío, la enfermera, preparó todo, se acercó y se quedó observando 

— Niña, que no te has bajado el pantalón 
— Bájelo hasta donde considere, por favor, que me estoy quebrando 
— Tranquila, va a pasar, te lo bajaré a media nalga, naa, mejor completo, así tendré una visión más amplia

Rocío puso la inyección y casi de inmediato sentí su recorrido; y en ese momento entendí por qué había dicho que duele como patada de mula. El dolor fue remitiendo -ambos- y es cuando me di cuenta que la mano de Rocío seguía empalmada en mi trasero

— Ya está pasando, Rocío, gracias 
— No corre prisa, niña, cómo soltarte si tienes un bonito trasero, debí darte una nalgadita antes de aplicarte la inyección 

Frente a mí, Sarita sonreía maliciosa

¡Acompáñame!
Hay té, café y galletitas en la mesita de arrimo



P.D. Ángela María se casó y tuvo tres hijos, actualmente vive con, Laura, su segundo matrimonio y el amor de su vida, -enlasierradenomeacuerdo-; y gracias a las redes seguimos tan amigas.