martes, 13 de agosto de 2024

Visual

A veces nos sentimos tan seguros con alguien que creemos que la amistad, -con sus altos y bajos- es inquebrantable -lo sigo pensando-. Pero, esas charlas que se suceden frente a una fogata y derivan en confesiones son un verdadero desafío. 

— Traía un vestido de un  verde indefinido que se ceñía a su cintura y se extendía rodeando sus caderas, una prenda femenina -casi- discreta, se inclinó de tal manera, que su grupa quedó al filo de mi mirada. Sentado desde donde estaba tuve una visión perfecta, más allá de su bikini de encaje blanco
— ¿Quién llevaba el bikini, Marcos?
Ella; y lo portaba muy bien. Fue el escenario perfecto para una imaginación demoledora
— ¿Por qué fue demoledora?
— Porque era la mujer de mi amigo y no podía tener pensamientos con ella, pero los tuve
— ¿Hace cuánto pasó eso?
— ¿Importa?
— Por supuesto,  si aún estabas conmigo es una traición 
Marcela, estando conmigo te involucrarte con, Manolo, entonces no, no importa

Marce no dejaba de mirarme, se encogió de hombros,  tenía el ceño fruncido y le saltaba esa vena en la frente que delataba lo molesta que se encontraba

— Eso es distinto, Marcos
— ¿Lo es?, solo es/somos agua pasada, Marcela

Las confesiones cesaron y los amigos nos dispersamos, la brisa era refrescante, estaba a punto de llover y los relámpagos rompían la oscuridad encima nuestra, de la fogata solo algunas brasas persistía en su empeño por mantenerse. Apartada de todos observaba la escena cuando, Manolo se acercó.

Maia; yo estaba sentado al lado de, Marcos y también tuve esa visión; y no puedo estar más de acuerdo con él, pero reconozco que, saber de su intención me ha dejado perplejo. 

El horizonte seguía proyectando esos hilos de luz; y en momentos lograba distinguir la vastedad del mar...

Pasé algunas semanas vacacionando en distintos lugares, los últimos días nos reunimos en una playa cercana . El día después de nuestro regreso hubo un desborde e inundación, que una vez más nos confirma, que somos tan pequeños y nuestras situaciones tan insignificantes para la naturaleza.


¿Retomamos?
Té, café o lo que apetezcas...