Busqué de dónde provenÃa ese olor desagradable -humedad y/o bichos-.
Empecé a mover, desechando y limpiando. Tengo -tenÃa- un pequeño rincón al lado del sofá negro y debajo de la ventana donde iba colocando los releibles; -y algunos que prometà leer-.
Con las contÃnuas lluvia que se han venido sucediendo; y las cortinas siempre cerradas, no me di cuenta que una diminuta y constante filtración fue a parar directo hacia ellos dejándolos inservibles. SÃ, de ahà venÃa el mal olor; y de ahà surgió mi tristeza por la pérdida.
De entre poco más de cincuenta libros solo quedaron cuatro rescatables, El Quijote, El Alquimista, Once minutos y un libro de cocina -de ingredientes impronunciables- que me prometà leer y nunca lo hice. Al abrir uno de ellos me encontré una extensa y honda dedicatoria de un antiguo amigo que pretendÃa ser más...
Conforme leÃa, ahora con años de distancia entre los dos, esta segunda lectura me arrojó matrices que en su momento no se develaron, también me recordó aquella frase que él repetÃa constantemente "Maia, tú y yo estamos conectados, lo que tú pienses; yo lo percibo".
Sucedió una tarde de calor abrasador, K se plantó fuera de casa, me llamó y me advirtió que no se irÃa hasta hablar conmigo, no me creyó cuando le comenté que estaba de viaje, se sentó en la acera y se dedicó las horas siguientes a detener a todo vecino que tenÃa la mala fortuna de pasar cerca de él y contarle de mÃ; y de lo mucho que lo hacÃa sufrir mi falta de querer.
En cada ocasión que abrà las cámaras desde el móvil, K estaba ahÃ, fiel a su palabra, la situación me provocó incomodidad; y duda, ¿Qué mueve a un hombre mayor a comportarse tan inmaduro como un crÃo?...
Ya de noche, K metió ese libro por debajo de la puerta y desapareció, no volvà a saber de él, hasta hace unos dÃas que, de entre todos los libros que se perdieron ese fue uno de los cuatro que permanecieron intactos.
Después de diez años, la tarde del rescate del libro superviviente, K me envió un mensaje — Estoy en la ciudad, ¿Te parece si hablamos?.
Al recordar su frase, un escalofrÃo se dejó sentir, ¿Coincidencia?...
Yo creo que no hay nada más allá de la coincidencia, para tu serenidad. Un abrazo. Carlos
ResponderBorrarJa, gracias, Carlos, que eso de cruzarse de frente con la intensidad pone de nervios. Otro para ti.
BorrarUn libro por debajo de la puerta, visualizarlo cuesta. Pasan cosas a las que les buscamos explicaciones y casi nunca las tienen, pasan y nada mas. Un abrazo
ResponderBorrarSÃ, es una puerta que da hacia una pequeña jardinera como de metro y allà hay otra puerta que da hacÃa las cocheras, la primera es de reja, la segunda ya es cerrada y con mirilla, Ester. Otro para ti.
Borrark es como un déjà vu pero muy real.
ResponderBorrarSÃ, algo asÃ, DRACO.
BorrarYo creo en las conexiones entre dos personas, he tenido prueba de ello, pero cuando hay un sentimiento mayor o especial de por medio. Me pregunto si esa carta no estaba dentro de "El Quijote". De lo que pude leer en la nota hay allà un hombre enamorado y también obsesivo. Las coincidencias existen.
ResponderBorrarBesos dulces Maia y dulce noche.
No, estaba en las dos primeras páginas del libro Once minutos, DUICE. SÃ, una coincidencia. Buenas noches, otro para ti.
BorrarInteresante espacio el que tienes aquÃ.
ResponderBorrarGracias, Kiffi
BorrarYa no nunca estoy seguro de si es una coincidencia o no. Pero si no lo fuera da igual. ¿Podemos averiguar el significado de estas? Si ese tipo tan extraño tiene poderes es como para echarse a temblar.
ResponderBorrarLo siento por tus libros. Mi pesadilla es perder mi biblioteca por accidentes asÃ.
Pensé más en contactos, Sergio, aunque los poderes sÃ, claro, hacen temblar. SÃ, mis libros se perdieron y es triste, gracias.
BorrarYo no creo en las coincidencias, creo que todo ocurre por algo, incluso aunque nunca lo sepamos, pero es verdad, no deja de ser inquietante que su llamada y el haber encontrado su nota en el libro hayan coincidido, la verdad, no sé si a mi me apetecerÃa mucho volver a estar frente a él, las personas obsesivas me asustan. En una ocasión sufrà a alguien asà y lo pasé muy mal.. Ocurra lo que ocurra, que te sientas tranquila y a gusto. Un beso MAIA!
ResponderBorrarMás que asustarme, es muy tedioso convivir con personas obsesivas, terminas agotada, MarÃa. Gracias, MarÃa, otro para ti.
BorrarEs el destino que llama por segunda vez.
ResponderBorrarBesos.
Si la primera no resultó, no sé qué hace tocando una segunda vez, TORO. Otro para ti.
BorrarMisteriosa coincidencia, Maia. SabÃa que tendrÃamos un final inesperado.
ResponderBorrarGracias
Gracias, Enrique. Buenas noches.
BorrarHace pensar en una realidad intervenida por la escritura de un demiurgo, que no soy yo.
ResponderBorrarComo coincidencia es algo sorprendente.
Asà que el famoso sofá negro es real. Y esa chica, que parece un personaje femenino del dibujante Horacio Altuna, serÃas vos.
Besos.
Gracias, Demiurgo
BorrarSÃ, claro, ahora estoy en él. Gracias ppr eso, solo una chica un poco revoltosa. Otro para ti.
Maia, quizá ese hombre de pequeño se dio un fuerte golpe en la cabeza y asà se ha quedado. Claro que eso en si mismo no aclara nada.
ResponderBorrarSerÃa con un mazo, Cabrónidas, de otra forma no entiendo.
BorrarYo tampoco creo que las casualidades existan pero creo más en seguir las intuiciones, si no te gusta como pareja no te gusta y debiera aceptarlo. Airear su indignación entre quienes pasaban o esperar frente a tu puerta es una falta de respeto y más si es mayor que tú.Lo que me gusta de tu historia es la imagen de esa pila de 50 libros, Quijote incluido, ( una pena que se haya estropeado la mayorÃa) en la lista de espera. ¿Cuántos libros tienes?. Un abrazo
ResponderBorrarUn comportamiento extraño para un psicólogo, JoaquÃn. Nueva enciclopedia temática, tomo IV o XIII. Me sobreviven suficientes aún, JoaquÃn, eso sin contar los que he prestado, aunque los veo como perdidos. Otro para ti.
BorrarHablemos, hablemos, o leamos o aunque la comunicación sea no verbal hay conexiones naturales que no se pueden negar.
ResponderBorrarHay tantos misterios en la vida!!
Espero que solo haya sido una casualidad y no una conexión, Rafa Jinquer.
BorrarLos hay
Pero lo hiciste conmigo, prueba de ello es que has venido.
ResponderBorrarOtro para ti, Julio David.